Hay momentos en que
nos sentimos realmente tristes. Momentos en que desmayamos cuando analizamos la
situación del mundo, y particularmente de la humanidad.
Cada vez parece ser
menos humana, la falta total de ética en las relaciones sociales, el abuso de personas,
una estampida del crimen, una explosión de corrupción en todas partes, la
expansión de ideologías malignas, el calentamiento mundial, esencialmente la
falta de amor, de afecto, de entendimiento y de coraje para pedir perdón, y
para perdonar. Todos esos factores mezclados dan como resultado el caos, y un
enorme signo de interrogación por el futuro de la especie humana y de la Tierra
misma.
No pienso que esté
equivocado si digo que las más grandes crisis en todos los órdenes,
instituciones e individuos ocurren en Occidente.
Hay una permanente
degradación de la sociedad. Es fácil verla mirando TV y las películas
producidas por Hollywood donde la violencia alcanza extremos increíbles.
Y una pregunta salta
en nuestras mentes: ¿dónde están los valores que han de permear una sociedad?. ¿Cómo
todas esas situaciones y escenas de violencia tienen un lugar en la mente de
quienes desarrollan el argumento y el guión para un filme?. ¿Cuál es su idea de
entretenimiento? Y ¿qué clase de público necesita escenas de brutalidad,
lenguaje sucio, sexo y drogas, para ser entretenido?
¡Occidente está
enfermo! Realmente y gravemente enfermo. Y nadie parece darse cuenta de eso, o
hay un pequeño grupo de personas que conscientemente se da cuenta de esta
espantosa realidad, pero lamentablemente es una minoría, y los intereses
económicos prevalecen a la razón.
Oriente es diferente.
Sí, desgraciadamente hay corrupción y en algunos países, violencia. Pero es
diferente. Aún hay vergüenza, hay valores éticos, el respeto a tradiciones, una
forma sencilla de vivir y la búsqueda de auto-superación.
Ellos firmemente
sostienen el valor de la familia, y se oponen a la degeneración de la especie
camuflada como “derechos humanos”.
Muchos occidentales
han estado yendo y continúan dirigiéndose al Oriente para hallar fuentes de
desarrollo espiritual.
Esto también ocurre
porque la Iglesia Cristiana en Occidente (y con esta mención genérica incluyo a
todas las iglesias, la Católica Romana, la Protestante, la Pentecostal, las
llamadas Envangélicas, etc.) han fracasado miserablemente en cumplir las
demandas del Evangelio. Crecientemente se han secularizado; ya no son la ni la
luz del mundo ni la sal de la Tierra. Y eso tiene lamentables consecuencias.
Pero no sería justo a
menos que reconozca que dentro de Occidente hay algunas áreas rurales en
diferentes países –principalmente en Europa pero también en EE.UU. y en América
Latina— que mantienen las tradiciones, y las personas que allí viven respetan a
los adultos, son serios en sus responsabilidades con su grupo humano, aprenden
a apoyarse mutuamente y mantienen un sentido de unidad.
Es por esto que aún
hay esperanza. No todo está perdido con la humanidad. Aún quedan personas y
lugares en quienes podemos confiar, confrontando un presente complicado y posiblemente
un difícil futuro.
Milton W.Hourcade
Textos protegidos por derechos de autor
No comments:
Post a Comment