Wednesday, September 26, 2012

UN CANTO A LA AMISTAD

 "La vida está hecha de años que no significan nada y momentos que lo significan todo. No, no es la longitud de la vida; es su intensidad." (de Twitter). Yo he vivido esos momentos de intensidad que lo signfican todo...

Siempre he dicho que la familia nos viene dada, pero las amigas y los amigos, son la familia que creamos a lo largo de nuestra existencia.

Son como hermanas y hermanos con los que podemos compartir llantos y risas, penas y alegrías, preocupaciones y distensiones.

Son quienes nos conocen, nos entienden, y con quienes el lazo que nos une implica honestidad y sinceridad cabales, y una confianza mutua inquebrantable.

Siempre tengo el cuidado de distinguir muy bien a quienes son gente que uno conoce, compañeros de estudio o de trabajo, colegas de profesión, con quienes se puede llegar a un cierto grado de relación, de los verdaderos y auténticos lazos de amistad.

Conocidos hay muchos, amigos, pocos, ¡pero buenos!

A veces algún amigo o amiga se pierde. No es raro que alguien flaquee, que haya malos entendidos, o que a veces la declarada amistad, no fue sino interés. Y cuando ese interés dejó de estar, esos "amigos" se desvanecen.

La amistad es una relación hermosa, que se fundamenta en el amor humano, en el cariño genuino, en ese algo indescriptible que hace que nuestra vida se vea enriquecida, y no pueda ser igual si no contamos con esas personas en particular.

Muchas veces también he dicho que los amigos y amigas son como flores que perfuman la vida. Y ello es cierto, porque le ponen aroma y color.

Cada uno con su impronta personal, con su talento y su modo de ser diferente. Unos cerebrales e introvertidos, otros expresivos y puro sentimiento. Pero todos valiosos igualmente.

Advierto que soy selectivo para mis amigos/as. No cualquiera llega a serlo.

Pero quienes llegan a esa categoría, de lo que de mi dependa, permanecen para siempre, inconmovibles.

Así es para mi la amistad.

Nunca pienso mal de un amigo o amiga. No se puede, no cabe. Jamás insulto a un amigo o a una amiga, no corresponde, no tiene sentido.

Discutir, sí se puede, animadamente inclusive. Pero sobre todo prima el cariño mutuo, y el saber que aún en la discrepancia, la amistad está por encima de todo.

A mis amigos y amigas los quiero con todo mi corazón. Ellos que me conocen saben bien que es así. Tal vez por eso, tengo la dicha enorme de que me esperen, de que me inviten, de que quieran verme, estar conmigo.

Hace poco, Jimena Rodríguez Mezzetta, quien pertenece a toda una gran familia entrañablemente amiga en Uruguay, me escribió en Facebook, y me decía: "¿vas a venir?, te extrañamos...", aguardando que en verano, como lo he hecho cada año, viaje hacia allá.

Nada causa más alegría que cuando uno se siente querido, apreciado y valorado por otros/as.

¡Es que así es la amistad.

 

 enigma

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