Monday, August 26, 2013

SEXO: lo que los hombres tienen que aprender de las mujeres

Los hombres suelen tener de sí mismos una autoestima exagerada, se creen los "muy machos" si acumulan experiencias con mujeres, como si fuesen trofeos.

Consideran que se las saben todas, cuando de sexo se trata, que son unos campeones, --casi deportivamente-- pero las más de las veces son unos torpes, brutos, insensibles, egoístas, que no saben algo fundamental: cómo realmente satisfacer sexualmente a su pareja.

No está lejos de la forma en que muchos hombres encaran la relación sexual, un cierto sadismo, en que desde la posición que el hombre ocupa, arriba de la mujer, se siente dominador de la situación, libre de hacer lo que quiera, y lo único que sabe es penetrarla y tener su orgasmo. Si cree que eso es tener buen sexo, no sabe absolutamente nada. .Es un ignorante total.

Hay individuos que se complacen en hacer sufrir o gritar a la mujer --si por ejemplo ella es estrecha-- y eso no es sino una forma de violencia. En último término, y quiero ser muy claro en esto, no importa que se dé en el contexto del matrimonio, eso es casi una vioalción.

Y no me refiero aquí a las manifestaciones psicóticas vinculadas al sexo, como justamente el sado-masoquismo. Eso es harina de otro costal. 
 
Entonces, paso a detallar elementos importantes para una relación sexual plena, feliz, gozosa, alegre, que mantiene unida a la pareja, y que por ser tan buena, se desea repetir.

Primero que nada, una auténtica relación tiene que ser afectivo-sexual. Si el elemento de afecto, de cariño o de amor, --según sea el caso-- no está presente, entonces es una mera relación genital, pero no afectivo-sexual. Es una relación frustrada.

Y cuando el factor de los sentimientos está presente, entonces ese ser humano por el que sentimos afecto, cariño o amor, merece nuestro respeto, nuestro trato con calidad. 

Pero justo es reconocer que muchos hombres están lejos de adquirir el tono adecuado para un intercambio sexual fructífero con su pareja, porque desconocen muchas cosas. Y son las mujeres las que pueden enseñar mejor que nadie a los hombres, qué es lo que a ellas más les gusta, qué es lo que más las excita, qué es lo que les provee más gozo. 

Buscando por la internet temas referentes a la salud, me encontré con un libro cuyo título me resultó más que curioso, "Secretos lésbicos para los hombres - Lo que todo hombre quiere saber sobre hacerle el amor a una mujer pero nunca pregunta".


Recuerdo de hace muchos años, a una mujer joven, de unos 26 años, casada, ya madre de un bebé de tres años, que un día me confesó que su marido llegaba tarde a su casa, luego de estar con amigos en un bar, y que aún si ella dormía, la despertaba, se le echaba encima, la obligaba en los hechos a tener una relación sexual, la penetraba, tenía su orgasmo y luego se ponía a dormir.

Huelga decir que en un par de años, esta bonita y atractiva mujer se divorció, y luego se vinculó con un hombre viudo, que la duplicaba en edad, pero que sabía cómo tratarla, y muchos años despues, verifiqué que seguían juntos, señal de que todo había ido muy bien.

Tal vez una de las primeras cosas que los hombres tienen que aprender es que una relación afectivo-sexual requiere que no haya apuro. Hay que olvidarse del reloj. Y esa relación puede prolongarse por dos o tres horas, o más.

Requiere ternura, delicadeza en el trato a la mujer. Hay que tener en cuenta que mientras el hombre tiene un orgasmo, la mujer tiene varios durante la actividad erótica.

Los hombres tienen que aprender que una relación valiosa y de calidad, demanda muchos besos, muchas caricias. Aprender que las zonas erógenas de la mujer son varias, y no su vagina exclusivamente. 

Que el lamer y succionar, son elementos importantes del juego erótico total. Que las manos y los dedos forman parte indispensable de ese juego, y en forma mutua y recíproca. Esto, además de la práctica del sexo oral por ambas partes.

Que los senos constituyen otro factor clave en el goce de la mujer, y en irla preparando para una posterior penetración. Que ésta debe hacerse suavemente, y que es lo último y menos importante de toda la actividad afectivo-sexual. 

Que la mujer tiene otras formas de utilizar el órgano masculino, que lo desea y del cual gusta, aparte de ser penetrada, y que esas formas le provocan enorme placer.

Y por sobre todo, que la verdadera clave de un éxito en el vinculo sexual, no es la satisfacción propia, sino la satisfacción de la otra parte. No hay mayor recompensa para un hombre, que ver gozar y ver feliz a la mujer.

Pasarse horas en esos juegos eróticos, es disfrutar del sexo más pleno que pueda haber.

Y de paso, es bueno que una luz --aunque sea ténue-- acompañe a la acción. Los cuerpos tienen que verse.  Y otro aspecto ineludible es que la pareja tiene que decirse cosas, usando el lenguaje que quiera, pero tiene que decirse cosas, tiene que pedirse cosas, y tiene que expresar cuánto le gusta algo. Todo eso estimula, alienta, es un complemento indispensable de una relación sexual de alto nivel.

He tratado de resumir un poco algunas cosas que he visto aborda ese libro, y otras, que surgen de mi experiencia personal. Y confieso que yo mismo a lo largo de los años, he ido madurando respecto de la relación sexual, y he ido aprendiendo cosas que antes ni siquiera se me habían ocurrido pensar.

Si tienen preguntas o comentarios, aprovechen el espacio adjudicado para ello al pie de este artículo.


ENIGMA

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