Thursday, August 29, 2013

SEXO Y AMOR: NO CONFUNDIR


Alguien que  ha venido leyendo mis anteriores cinco artículos, puede haberse preguntado, ¿dónde quedó el hombre romántico, el autor de poemas y el que gusta de la poesía, del romance, de dos corazones que laten al unísono?

¿Dónde esta ese hombre sensible, capaz de sufrir por amor, de soportar angustia y estrés, por estar enamorado, o de sentir que casi está en el cielo, cuando quien ama le corresponde comunicándose dulcemente con él?

Bueno amigos, aunque sea duro de decir y más duro de admitir, el amor llega a uno, lo envuelve totalmente, lo abarca totalmente, lo impulsa totalmente....pero si la otra parte falla, o no quiere continuar la relación, o la altera sustancialmente, el amor se mella, se hiere, sufre, disminuye, sangra como herida abierta, va perdiendo vitalidad....y se acerca a su muerte.

Porque para amar se necesitan dos, y no una sola parte.

Para mi sigue siendo algo muy dificil de entender que una persona pueda --sin motivos que lo justifiquen-- dejar un amor, como se deja un curso que se está siguiendo, o como se abandona la lectura de un libro. 

Y cuando digo motivos que lo justifiquen, no me refiero a factores exógenos, sino endógenos. Es decir, cuando no hay motivos en la relación de pareja --strictu sensu-- que lo justifiquen. Que haya situaciones alrededor o por fuera, es otra cosa, pero entre la pareja en sí, cuando hay verdadero amor de ambas partes, eso no puede terminar, ni puede disminuirse, sino cada vez hacerse grande, más profundo, más hermoso.

Claro que a veces hay una gran confusión, y en esa confusión caen algunas personas. Se entusiasman con alguien, se apasionan por ese alguien, son capaces de hablar el lenguaje del amor, porque en ese momento ese alguien deviene en importante para sus vidas.

Pero factores de fuera de la relación misma de la pareja, determinan que eso finalice, no continúe, se termine, y se extinga. 

En realidad si la persona admite, acepta, y se doblega a esos factores externos, es porque en realidad no está amando y nunca amó. Fue a lo más un capricho, una obsesión del momento, una bella ilusión, una especie de espejismo...de sueño hecho casi realidad...que luego se desvaneció.

Muchas personas a lo largo y ancho del planeta sufren de este tipo de confusión. En realidad confunden pasión, "metejón" como le llamamos en el Sur de América, deseo de poseer a alguien físicamente y gozar de esos momentos, con el verdadero y profundo sentimiento del amor.

Y amar, amigos, es otra cosa. Amar toca a los sentimientos más hondos. Y cuando se ama de verdad, no hay situaciones ni "razones" externas que puedan matar, constreñir, o hacer abandonar ese amor.  Por ese amor se lucha, por ese amor se  sufre, y por ese amor se muere, pero por ese amor hay que jugársela, si ese ser amado lo representa todo en la vida de uno.

¡Claro! cuando no es así, vuelvo a decir, es como un espejismo, no es una realidad. Se asemeja a ella, es algo superficial, que tiene su duración contada.

Las parejas, todas las parejas deberían preguntarse si lo que les une es amor, o sólo deseo. Si quieren estar juntos para vivir sexo y nada más, o quieren estar juntos como compañeros de vida. Con el gusto de estar el uno con el otro. 
Con el vivo anhelo de compartir todas las vicisitudes que la vida puede presentar, los momentos más felices y los más tristes, y entre medio, la cotidianidad. 

Si hay una verdadera valoración mutua de los integrantes de la pareja, si se quieren bien, si se desean lo mejor, y por sobre todo, si quieren desarrollar una vida juntos. 

Si se preocupan genuinamente uno por el otro. Si tienen una urgencia por servirse eficazmente y rápidamente en lo que sea, baste que uno de ellos necesite o solicite algo. 

Si hay respeto mutuo en el trato, y no frialdad, insultos, o desprecio. 

Si no se anda con rodeos o con mentiras.  Si cuando se empeña una palabra se cumple. Si se es responsable de dichos y hechos y no se niegan los mismos como si no hubiesen existido.

¡Vaya si el amor exige responsabilidad, coherencia, constancia, firmeza, gusto y ganas!

Como puede apreciarse, es una cuestión de carácter, de valores. 

¿Qué tal es realmente la persona que declama amor?

Importa menos que haya o no poemas, o lindas palabras que pueden terminar siendo huecas, meras lisonjas dichas al momento para conquistar o salidas del entusiasmo pasional. 

Importa sentir lo que muchas canciones cantan, ese "no puedo vivir sin ti". Ese sentir que el otro o la otra --en la pareja-- le es imprescindible, que la vida misma no tiene sentido si la otra parte no está. 

Amar se convierte en algo serio, maduro, que va mucho más allá de la atracción física y del sexo. Va en sentir que se quiere vivir con la otra persona, que uno se siente feliz y orgulloso de tenerla en la propia vida como alguien importante. 

Y esencialmente que uno está dispuesto a darse por entero, cuanto uno es y tiene, por esa persona.

Pero otra vez, eso requiere madurez, entendimiento claro de lo que uno mismo siente, considerar lo que ha sido la vida de uno hasta entonces, y lo que está siendo una vez que surge la nueva relación, y decidir qué clase de vida quiere para su futuro inmediato.

Claro que eso reclama capacidad de decisión, y coraje. Como suelo decir: "hay que jugársela". Y quien no se la juega, pierde. Asi de sencillo. Pierde en toda la línea, y pierde para siempre.

Y...--por si acaso-- vale también decir que ni la distancia geográfica, ni la diferente cultura o edad juegan un papel decisivo. La experiencia de miles de parejas, demuestra fehacientemente lo contrario.

Ahora, amigas, amigos, ustedes deciden. ¿Están verdaderamente enamorados, o sólo es un entusiasmo pasajero?, tal vez un flirteo, ese gusto por sentir por un tiempo un romance, para terminar luego en la nada...

La respuesta es de cada uno/a de ustedes. ¡Ojalá elijan lo mejor!


enigma

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