Saturday, August 24, 2013

SI...NO...¿POR QUÉ?...¿PARA QUÉ?...

La belleza de un cuerpo, de las formas, del color de la piel, de su tersura...de unos ojos grandes que miran profundo, de unos labios gruesos, que tientan besar, de un cabello lacio y suelto, que pone un marco digno a un rostro hermoso, todo ello es una tentación irresistible.

Síi un hombre dice que eso no le atrae, no le gusta, o no lo quiere, pues....¡ha dejado de ser hombre!

Y cuando se tiene a una mujer con esa belleza, hay que saberla tener y mantener. Hay que satisfacerla, hay que hacerla feliz, hay que atender sus reclamos sexuales especialmente. 

No es cuestión de una vez por semana, o cada quince días.

"Yo vivo intensamente el sexo, necesito tenerlo todos los días"  le escuché decir hace poco a una mujer joven uruguaya, cuando estruve en Montevideo en Julio.

Ante semejante declaración,ven la reunión social en que estábamos, trabé conversación en un aparte con ella, y ahi me enteré que tenía un marido nada romántico, poco afecto a verla con ojos devoradores, y a valorar palmo a palmo su belleza, y disfrutarla a pleno.

Un hombre que al parecer no sabe sazonar su relación con diversos elementos que la pueden enriquecer. Falto de imaginación. Ni juegos sexuales, ni ciber-sexo, ni teatro sexual...nada...nada.  Mucha televisión, y... ¡a dormir!. Incapaz de captar siquiera, la silente angustia de su mujer, que lo soporta estoicamente porque es decente, pero que ganas no le faltan a veces de conocer íntimamente a algún hombre por el cual se siente atraída.

En la plática, aproveché a darle algunas sugerencias sobre cómo motivar a su pareja, y qué hacer ella misma por atraerle más. Hablamos de su ropa íntima, de colores, de perfumes, 
de poses, de frases sugerentes, y sobre todo, de no decir "no" a ciertas prácticas sexuales.

Le afirmé categóricamente que en el matrimonio todo estaba permitido y que lo que se prohibia en él, se terminaba buscándolo fuera. Y que eso regía para los dos.Que tuviera cuidado a su vez. Así que  había que darse todo y por entero. 

Claro, presupone un común acuerdo en ciertas cosas, pero para ella también suponía no tener miedo a otras.

No sé a esta altura si habrá seguido o no mis sugerencias. Me di cuenta que en muchas de ellas ni siquiera había pensado nunca. 

Como por ejemplo, hacerse escapadas solos los dos, a algún lugar hermoso y apartado los fines de semana.  Salir de la casa...romper con la rutina. 

Y le agregué: lo que más aniquila a un matrimonio es la rutina. La pareja feliz requiere estar sola, cambiar de ambientes, divertirse junta. 

El objetivo fundamental es la felicidad de ambos, el placer de ambos, el que ambos estén satisfechos y cada vez entonces más unidos. 

Eso fortalece todos los otros vínculos, y hace que estar juntos tenga sentido. 

Sin eso, el matrimonio se transforma en una entelequia, en un castillo de naipes, que en cualquier momento se derrumba.

¡Y cuidado, que los de afuera soplan fuerte!!


 ENIGMA
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