Thursday, August 21, 2014

UN RITUAL RIOPLATENSE

Hay cosas que los seres humanos no controlamos. Podemos pronosticarlas --hasta cierto punto-- pero luego sólo podemos actuar en consecuencia.

Una de esas cosas es la dinámica meteorológica. 

Hoy de tardecita esperaba ir a un concierto de jazz al aire libre. Pero, a partir de las 5 de la tarde, comenzó a llover y por momentos copiosamente.

Obviamente el concierto fue cancelado, lo cual confirmé telefónicamente.

Tarde de lluvia, para los rioplatenses es tarde de mate y tortas fritas.  Una
especie de ritual tradicional que cumplimos con satisfacción gastronómica.

Y como así estaban las cosas, pues no habría concierto, pero habría algo de la más rancia tradición, hecho realidad.

Me puse pues a preparar la masa, luego a amasar, y a freir las tortas. La receta daba para seis. Más que suficientes.

Y claro, preparé el mate, y las fui comiendo --no todas, claro-- mientras saboreaba "el amargo". ¡Qué satisfacción!

Por momentos me pareció no estar en Estados Unidos, sino en mi Uruguay natal.
Conste que no soy nostalgioso, no me paso pensando en el país que dejé, y menos aún lo extraño.

Pero estos sabores y estas pausas gastronómicas especiales, sólo responden a país que se lleva dentro, el que está en uno mismo, el que no depende de la geografía, ni --¡afortundamente!--  del gobierno de turno.

Es el país que salta por sobre el tiempo y el espacio, para estar con uno mismo en cualquier momento y lugar. 

Las tortas fritas son una masa sencilla hecha con harina, sal, un poco de grasa derretida y agua. Se amasa, y se forman círculos de unos 15 cms. de diámetro, a los que se les practica un agujero pequeño en su centro. Se fríen también en grasa, se les escurre bien, y se les coloca en un recipiente con papel absorbente para que ahi depositen la grasa que aún pudiera quedarles en la superficie. 

Se comen calentitas, acompañando al mate. 

El mate, es una infusión de yerba (ílex paraguaiensis) que es un tipo de té, pero que se prepara en una pequeña calabaza ahuecada y curada.  Se introduce en el te --que se ha hinchado con algo de agua caliente-- la bombilla, o sea, un tubo metálico que tiene un extremo chato y perforado que funciona como filtro, y en el otro una boquilla por donde se sorbe. Luego, cada vez que no queda más líquido, se vuelve a echar hasta que llega al tope del recipiente, y se sigue tomando.

La ecuación "día de lluvia =  mate y tortas fritas", funciona de esa manera.

Les aseguro que es un agradable disfrute.

Y culmino esta breve y costumbrista nota con una música uruguaya.

 enigma
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