Es obvio. He recorrido un considerable camino en mi
existencia, y por eso, tengo las características típicas de un viajero del
tiempo.
En el trato con las personas, si no les conozco y son
de cierta edad o tienen un cargo de importancia, les trato de usted, y no les
tuteo, a menos que dichas personas lo hagan.
El tuteo –al menos en el Uruguay actual— es generalizado. No sé si las personas de más
edad con ese artilugio se sienten más jóvenes, o qué, pero en lo personal no es
de mi agrado.
Yo tengo una formación que me indica por sobre todo el
respeto hacia la otra persona.
Creo en Dios, no en los “hermanos del cosmos”, ese
engendro explotado por negociantes y embaucadores.
En relación con leyes, reglamentos y normas, las cumplo,
pero me molesta enormemente cuando son impunemente violadas.
Vengo a mí mismo: escribo sin faltas de ortografía. Me
expreso con fluidez. Gusto de la lectura y la buena música.
En mi cuerpo no hay “piercing” ni tatuajes.
No me embriago y jamás he siquiera probado droga
alguna.
Estoy libre de humo y respeto el medio ambiente y mi
biosistema, ergo: no fumo.
Creo en la amistad auténtica, me hace sentir muy feliz
y la promuevo cuanto puedo.
Busco y digo la verdad. Suelo ser explícito, pero
también sé callar, mantener un secreto.
Por sobre todo sinceridad, honradez, lealtad, son mis
valores inalterables. Cuando empeño mi palabra en algo, la cumplo, y si no
puedo cumplirla explico por qué.
Me hago responsable de mis dichos y mis hechos. Soy
coherente.
Tal vez por evidente, ni siquiera debiera agregar que
siento un gran placer en escribir, de lo cual éste y otros blogs, son testigos.
Sí, me considero por todas estas cosas un viajero del
tiempo, pero uno que practica gimnasia regularmente, que maneja su PC o laptop
por horas y “a piacere”, que maneja varios idiomas, y que siempre tiene como
meta el amor y las múltiples formas que éste reviste, así como que es su tema
predilecto.
Claro, también manejo mi celular, pero no abuso de él.
Y por supuesto estoy en Twitter y en Facebook,
prefiriendo a este último. Me gusta chatear, y Whatsapp así como Skype son dos
auxiliares muy buenos en ese sentido.
¿Me falta algo? No sé. Pero comparado con las generaciones
de jóvenes actuales, soy un viajero del tiempo.
Llevo en mi ser los rasgos de alguien que le distinguen como diferente,
alguien de un ámbito con otros parámetros y otros valores. Los que –considero--
vale la pena seguir haciendo vigentes hoy.
enigma
Textos protegidos por derechos de autor
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