Madre: vocación, voluntad, destino, sino marcado en el propio cuerpo de la mujer.
Voluntad: cuando ha querido, deseado y buscado quedar embaraza porque sintió la necesidad de la maternidad, la necesidad de engendrar en sus entrañas a un ser humano, y de traerle al mundo con responsabilidad.
Destino: porque por diversas razones, una madre podrá ser o no prolífica, pero siempre es madre, y como tal se dará íntegra y totalmente por sus criaturas, no importa el sacrificio que ello conlleve, no importan los desvelos. Viviendo dolores y alegrías, y especialmente la de verles crecer con valores que les ayudarán a desenvolverse en la vida. Verles estudiar, trabajar, enamorarse, formar familia.
Sino marcado en su propio cuerpo: porque ha sido la voluntad del Creador, que esta especie humana cuente con la mujer para unirse al hombre y procrear. Maravillosa acción que se ve coronada en el nacimiento de un bebé, que no sólo representa la continuidad de la especie, sino que además, es recibido con algarabía, como una verdadera bendición. No hay acto más hermoso y más conmovedor que cuando la mujer da a luz. Y de ella es el privilegio de vivirlo con toda su intensidad y hermosura.
Si ante todo esto, alguien permaneciese impasible, habría perdido su mismo carácter de humano.
Por eso, con un inmenso coro de miles de millones en todo el planeta, desde este modesto lugar, deseo a todas, un día de verdadera celebración.
Una celebración que signifique el amor, el reconocimiento profundo, y la gratitud de quienes somos hijos o hijas.
Y para quienes ya no le tienen consigo, el recuerdo imperecedero de todo cuanto significó en sus vidas, desde bebés hasta adultos.
enigma
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