Vengo de pasar unas vacaciones, de verme con mucha gente amiga, de hacer bastante sociabilidad, y de golpe, me encuentro en Annandale, Virginia, solo....en el silencio de la casa...con amigos que están lejos, y por tanto es como si no estuvieran del punto de vista práctico.
No hay casi posibilidad de socializar, de reunirme con gente para conversar mientras se disfruta una comida en torno a una mesa...
El tiempo está bueno, los días soleados y magníficos, pero la soledad y la ausencia de diálogo me hacen sentir vacío. Me faltan la compañía y el calor humano.
Me comparaba esta mañana a un automóvil y me decía: de carrocería está bien, el motor funciona, pero...le falta el combustible. ¿Y qué hace una máquina si no tiene el combustible que la haga marchar?
El "combustible" hace que uno se sienta bien, pleno, contento, con ganas de vivir, de emprender proyectos, de pergeñar aventuras.
Cuando ese "combustible" falta, no es que me invada la pena, y me frene una especie de atrofia, pero francamente muchas cosas dejan de importar, uno pierde las ganas de encarar proyectos, de plantearse desafíos. Simplemente se está, se sobrevive, pero eso en lo personal me rechina por dentro.
Porque yo soy fuego, porque soy pasión, porque soy acción, porque soy emprendedor, porque miro hacia el futuro, porque quiero terminar definitivamente con mi soledad, porque quiero embriagarme de amor.
Porque quiero volver a escribir poemas, cuando el corazón late fuerte...porque quiero volver a ser íntegramente yo.
Como un avión en vuelo, necesito repostar combustible, ¡debo seguir mi viaje!.
enigma
Textos protegidos por derechos de autor
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