Un momento es un
trozo en el tiempo, un instante algo prolongado en nuestra vida, minutos u
horas, pero no más.
La existencia se
compone de momentos.
Y por supuesto, estos
momentos varían según las circunstancias, están los tristes y los felices, los
prometedores y los frustrantes, los que nos dan esperanzas y los que nos quitan
el ánimo.
Todos podemos
reconocernos en estas descripciones.
Hay momentos en que
nos desborda el coraje, y otros en que nos apabulla la rutina y la
cotidianidad.
Momentos en que nos
animamos a hacer más de lo que podemos, y otros, en que no tenemos ganas de
hacer nada.
Momentos para
llenarlos de música y canciones, y otros para llenarlos de silencio y
reflexión.
A veces los momentos
se hacen más similares a otros, como en una secuencia, como en un collar, y
entonces se transforman en situación. Y nos preguntamos ¿hasta cuándo durará,
cuándo cambiará, seguirá por siempre así?
La vida es cambio.
Pero hay cosas que
cuestan cambiar, cuando hay barreras que se levantan y nos impiden procesar ese
cambio.
Pienso que el mejor
camino para derribar las barreras es la comunicación. El diálogo, el
intercambio inteligente de puntos de vista, ideas, opiniones, sentimientos,
pero sobre todo, el encuentro esencialmente humano.
Un momento de
sensatez y sinceridad, a partir del cual construir algo digno.
Y eso –que es
totalmente posible— sólo requiere disponibilidad anímica, y buena voluntad.
Que cada quien piense
cuánto tiene que poner de sí, para lograr ese momento.
Milton W. Hourcade
Texto protegido por derechos de autor
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