Suele llamársele intuición, esa capacidad casi semejante a la adivinanza, por la cual pre-sentimos algo.
En realidad es una capacidad que practicamos a diario.
Vamos a cruzar una calle, viene un vehículo a cierta distancia. No tenemos la posibilidad de hacer ningún cálculo matemático, pero algo nos dice que podemos cruzar seguros si apuramos un poco el paso, y que nada nos va a pasar. Y efectivamente así ocurre.
¿Cómo lo determinamos? No hay forma de explicar ese proceso maravilloso, pero de la misma manera, miramos a un vehículo que aún está distante, pero apreciamos su velocidad, y preferimos esperar a que pase para luego cruzar la calle. Evitamos un accidente, tal vez dejar de ser o quedar muy maltrechos. Poéticamente alguien diría que “una voz interior” nos dijo “no cruces”.
Así ocurre también con ciertos acontecimientos que no son personales, sino colectivos y/o institucionales. Y cuando estos suceden y nos llaman la atención, reflexionamos sobre los mismos, pero el olfato nos dice que algo especial está ocurriendo.Que ciertas decisiones no son por casualidad, y menos cuando están referidas a un mismo tema.
Valga lo expresado como introducción a lo que sigue.
Ustedes seguramente acaban de leer un comunicado de la NASA sobre una actividad muy diferente,que tiene que ver con lo aéreo, no con lo espacial: y es el hecho la Administración Nacional Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos,anunció la creación de un programa que durará nueve meses, para estudiar el tema de los Fenómenos Aéreos No-Identificados.
El Gobierno ya decidió desde 2021 crear un grupo de trabajo, que estuvo un tiempo realizando su tarea, rindió cuentas a una comisión del Senado federal, y en el mismo Senado se pergeñó la creación de lo que terminó conociéndose con una sigla basante complicada AOIMSG, que funciona como parte del Departamento (Ministerio) de Defensa, en el Pentágono.
Y fue el 20 de Mayo cuando dos autoridades de ese Grupo dieron un primer informe público y privado a legisladores, sobre las actividades del mismo.
Pero la NASA, independientemente de lo que realiza en Departamento de Defensa, ha asumido el compromiso de hacer un estudio e investigación por su parte, aplicándo el método científico, para lo cual ha nombrado al frente a un Astrofísico.
Y es legítimo que uno se pregunte: ¿qué está pasando?
La interrogante es válida por cuanto semejante interés por un tema que por décadas quedó casi muerto, se da sólo en EE.UU.
No ocurre en su vecino Canadá, que luego de estudiar el tema concluyó que no había peligro para la aviación. Otro tanto concluyó hace ya años un estudio secreto llevado a cabo por Inteligencia de la Real Fuerza Aérea, en el Reino Unido. Y abandonó todo interés en preocuparse por los ahora llamados UAPs, entonces UFOs.
En Europa –con excepción del GEIPAN francés— un organismo científico dedicado expresamente al tema, que se formó en 1977, no conozco que haya investigación oficial en ningún otro país.
En América Latina, el panorama respecto del tema es calmo. No existe en la gente una preocupación por el mismo. Esto no quiere decir que algunas personas crean haber visto algo extraño en el cielo y lo denuncien.
En ese sentido hay dos organismos oficiales que están funcionando adecuadamente en la tarea de investigar e identificar lo que las personas denuncian:
El CEI (Centro de Identificación Aeroespacial) perteneciente a la Fueza Aérea Argentina, que realiza una excelente labor de identificacion de lo que denuncian algunas personas.
El CEFAA (Comité de Estudio de Fenómenos Aéreos Anómalos) en Chile. En Perú existe el Departamento de Investigación de Fenómenos Aéreos Anómalos (DIFAA) que se creó en 2001, se cerró, y volvió a reabrirse en 2013.
Finalmente, en 1970 se creó en Uruguay la CRIDOVNI (Comisión Receptora e Investigadora de Denuncias de OVNI) de la cual al momento no hay información de que siga activa. Tal vez haya un cambio interno de autoridades de lo cual llegaremos a saber cuando se informe públicamente.
Pero en manera alguna el tema UAP, UFOs, u OVNIs, es algo que preocupe a la gran mayoría de las personas a nivel internacional. Algo que ocupe titulares a diario en los medios, algo que esté en el habla de la gente. Los temas son otros, especialmente relacionados con el ámbito económico.
En cambio en EE.UU. parece que les ha venido una fiebre por investigar y estudiar, luego que unos pilotos en maniobras, vieran, fotografiaron en infrarrojo, y radares detectaran algo que en buena medida ya ha tenido su explicación.
Lo curioso es que esta “fiebre” se extendió a los legisladores que crearon un ente a nivel oficial, funcionando en el Departamento de Defensa. Y ahora se suma la NASA por su parte.
Y realmente llama la atención.
El AOIMSG ha descartado que los UAPs sean de origen extraterrestre.
Otro tanto ha hecho en el mismísimo anuncio la NASA.
¿Cuál es el factor común que motiva entonces esta investigación oficial?
La seguridad aérea y la seguridad nacional.
Puestos en ese plano, se ha dicho
públicamente y oficialmente que preocupan China y Rusia como posibles
responsables de los “Fenómenos Aéreos No-Identificados” (Unidentified Aerial
Phenomena – UAP). O sea, una tarea de espionaje por adversarios.
Sin nombrar país alguno, la NASA también dice que “Fenómenos no-identificados en la atmósfera son de interés tanto para la seguridad nacional como aérea”.
Y parece que allí está la razón y el meollo de tanta iniciativa e interés.
Los temas a nivel nacional son otros, sin embargo: la creciente ola inflacionaria, la baja estrepitosa de las acciones, los pronósticos de una recesión, las masacres y violencia en las calles, el facil uso de armas de gran poder, la falta de fórmula alimentaria para bebés que ha desesperado a los padres, y completando todo eso, la invasión rusa a Ucrania.
Salvo los reductos típicos de los que a diferentes niveles negocian con el tema, de quienes viven del mismo, de quienes siguen explotando el misterio y continúan impulsando la idea que que extraterrestres están entre nosotros como convidados de piedra pues nadie les invitó, el resto está en otra cosa, y los organismos oficiales, sin ruido, hacen su tarea y deberán presentar oportunamente informes.
En el caso del AOIMSG, presentará un informe público, y uno secreto para los legisladores.
La NASA en cambio, tiene tradición de una política de transparencia y ya anunció que su informe será público.
Mientras todo eso se “cocina” en EE.UU., el resto del mundo sigue atentamente los sucesos en Ucrania, esperando que el líder ruso Vladímir Pútin reflexione sobre lo que está haciendo, y busque una vía diplomática digna, que permita un fin de ese conflicto bélico que él desató.
Estoy seguro que no pasará 2022 como si nada se hubiera hecho.
Seguramente antes que el año termine, tendremos un panorama más claro respecto a en qué consiste lo que por ahora se agrupa bajo la sigla UAP.
Milton W. Hourcade
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