Tuesday, June 21, 2022

SOMOS UN PRODUCTO FALLIDO


Pienso que fue algo escrito por el español Julio Arcas Gilard, cuando en Facebook meditaba lo hermosa que es la Tierra, nuestro planeta, la belleza de la naturaleza, y cómo los humanos no tenemos un momento de paz, un minuto donde no se esté lanzando una bomba, donde unos --no importa quiénes ni dónde-- no estén intentando destruir y aniquilar a otros.

Si no fue Julio, vale igual lo escrito.

Y esa reflexión me llevó a recordar una frase que muchas veces he compartido con una muy querida amiga, cuando ella se ha quejado de cosas que ocurren en su país, o en otras partes del mundo. Y mi frase, --que reconozco irreverente y para algunos quizás blasfema-- es que somos un producto fallido.

Cuando nos miramos y reconocemos nuestras propias falencias y errores, --muchisimo menores, cuasi insignificantes, al lado por ejemplo de lo que sucede en Ucrania-- debemos empezar por sentir amor por nosotros mismos, y pensar que buena parte de lo que como humanos nos achacamos unos a otros, no es más que fruto de un error creacional.

¿Por qué es una frase irreverente? Porque si somos fruto de la creación de Dios, entonces, una de dos: Dios nos quiso así, imperfectos, animales con limitado uso de razón y de sentimientos, o cuando nos creó le falló la fórmula, y así salimos. 

Según nos relata el texto del Génesis, a Dios mismo "le pesó haber hecho al hombre en la tierra , y se indignó en su corazón. Y dijo Yahvéh: "Voy a exterminar de sobre la haz del suelo al hombre que he creado". (Génesis Cap.6 vs. 6 y 7 - Biblia de Jerusalén).

Y luego viene la historia de Noé, el Diluvio y el arca. Y uno se pregunta ¿por qué Noé y salvar algo de lo creado si el ser humano de entonces se había corrompido en grado máximo y era intolerable para su Creador?

"Yahvéh dijo a Noé: "Entra en el arca tú y toda tu casa, porque tú eres el único justo que he visto en esta generación". (Génesis Cap.7 v.1)

La consecuencia de esa excepción que Dios hizo con Noé, somos nosotros, es esta humanidad.

Pero la historia de la humanidad sigue mostrando que somos un producto fallido.

Y el propio Génesis, es una demostración palmaria que los salvados del Diluvio por Noé, no son ninguna maravilla y maquinan y hacen el mal. 

Por esa misma razón, Dios se ve forzado a establecer la Ley (Éxodo Cap. 20 y siguientes). El caos tiene que ser regulado.

Y la Iglesia lo acepta tácitamente al reconocer que todos somos pecadores. Pero lo malo es que se nos achaca el pecado como culpabilidad propia, cuando debería aceptarse que si lo somos es porque quien nos creó nos hizo así, o no nos perfeccionó al grado adecuado y aceptable. 

No es que yo esté abogando por una exclusión de responsabilidad y culpa humana en los horrores que a diario el ser humano produce en el mundo. 

Somos seres conscientes, pensantes, y aunque hay millones sub-desarrollados mental y espiritualmente por haber nacido y crecido en ámbitos inhumanos y gravemente deteriorados, aún aquellos que tienen las mejores oportunidades de desarrollarse como seres humanos de calidad, son pasibles de cometer gruesos errores y graves daños de distinta índole contra otros humanos.

Por cuanto esto ocurre (generando peculado, robos, estafas, drogadicción, asesinatos, divisiones y guerras) entendamos que tenemos un destino marcado que es el de la autodestrucción. La especie humana como tal, está destinada a sucumbir, a desaparecer, y entonces será el momento en que seremos suplantados por otra creación. O habremos destruído a la mismísima Tierra y con ella a todos sus habitantes.


Se me dirá que esta es una imagen sombría, que provoca un enorme desagrado. Pero considero que es una imagen honesta, y explicativa de todos los errores y las monstruosidades que el ser llamado "humano" es capaz de cometer.

Claro que hay excelsitudes, hermosuras de seres, cuya espiritualidad, cuyo sentido solidario, cuya empatía, cuya búsqueda del bien y su generosidad son ejemplo y salvan permanentemente a la humanidad de caer al precipicio total. 

Pero cada vez son menos, y en cambio la mediocridad hace sucumbir los valores. 

Se vive una anti-sociedad, y se considera que esa filosofía de muerte, es vida, progreso y perfección. Pero es la nada....culmina en la nada. 

El anti-ser se impone hasta desde los gobiernos, porque la corrupción disfrazada de "derechos humanos", "igualdad", y "justicia" avanza hacia la destrucción. 

Y esta es una demostración más de que somos un producto fallido.

Si una esperanza queda luego de todo este proceso, es la de que "Los servidores de Dios serán preservados" como titula la Biblia de Jerusalén el Capítulo 7 del Apocalipsis.

"Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva - porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya." (Apoc. Cap. 21 v.1). 

O sea que quienes quedaren serán una especie de refugiados de lujo. Serán sacados del caos total de la Tierra que desaparecerá, y llevados a otro mundo. 

Así que, hagamos el bien cuanto podamos, seamos solidarios, seamos compasivos, desarrollemos empatía, sepamos perdonar, aprendamos a reconciliarnos, y así procuremos ser mejores. 

Seamos mensajeros de vida y no de muerte. 

Y por sobre todo, vivamos el amor, porque sólo el amor tiene la capacidad de redimirnos de nuestras fallas de origen.


Milton W. Hourcade


 


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