Wednesday, October 6, 2010

MANTENIENDO EL RUMBO

La vida tiene múltiples vicisitudes.

La existencia nos depara momentos de hermosa felicidad, y otros de atroz desdicha y dolor.

Entre ambos, se da una resultante, que es una línea media entre la ordenada y la abscisa, para decirlo en términos matemáticos.

Y esa línea media o resultante, es en realidad el derrotero real por el que tenemos que transitar.

Un derrotero que no está excento de decisiones a veces dificiles de tomar, no ideales, no las que quisiéramos, no las mejores, pero….las posibles.

Nos transformamos entonces en políticos, si por hacer política, aceptamos la definición de que es “el arte de lo posible”.

Pues deberemos aplicar ese “arte de lo posible”, para encarar situaciones reales que a veces no son de fácil resolución.

Es semejante a quienes a veces dicen que votan no por el mejor candidato, porque no hay ni uno, sino por el menos malo.

O que eligen el mal menor, antes que nada o que algo mucho peor.

Son las alternativas con las que en la vida real, en la de todos los días, nos vemos obligados a jugar.

Como escribí hace poco, las cosas no son en blanco y negro. La vida nos enseña a manejarnos con tonalidades de grises.

No se trata de que relativicemos todo, sino que se trata de que no absoluticemos nada.

Debemos aspirar a todo lo bueno posible.

Debemos aspirar a toda la felicidad posible.

Debemos aspirar a ser lo más posible.

Pero con realismo, con sensatez. No haciendo castillos en el aire, no ilusionándonos con imposibles, sino andando un camino que poco a poco nos lleve a una realidad diferente, buscando la maduración de procesos, no apurándolos.

Teniendo claro nuestro norte, para no perder el rumbo. Saber claramente qué queremos, hacia dónde vamos. Pero sabiendo que el viaje es largo, y que va a tener varias escalas.

Y así como una bebida adquiere su punto adecuado y su exquisito sabor luego de haber permanecido añejada en cascos de roble por un tiempo prolongado, así beberemos y saborearemos la copa del triunfo, del logro final de lo buscado, pero cuando todo haya llegado a su punto adecuado.

Hacer el viaje a la espera de llegar, y mantener el rumbo para arribar a destino, es la actitud inteligente que se requiere.



enigma

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