Así se titula otro escrito de esta autora latinoamericana, la misma de ayer, que no estoy autorizado a identificar.
Verificarán su estilo, directo, imaginativo, reflexivo.
Verán cuán intenso es lo que siente en su espíritu, y cómo vive esa experiencia del sueño, de una ensoñación despierta…que piensa, que medita, y que termina casi por aceptar fatalistamente una realidad de la que ese”soñar” le permite escapar.
En realidad ese “soñar” refleja sus anhelos más profundos, lo que realmente quisiera vivir en la realidad, pero entierra más sus pies, o sea, se amolda a lo que está, a lo que de alguna manera le viene dado, como si no pudiera hacer nada por transformarlo, por cambiarlo, pero…..”al llegar a las estrellas”, que es como decir, al elevarse de la chatura y mediocridad cotidiana, ¡¡vuelve a soñar!!
Tal vez –a diferencia de la reflexión que publiqué en la víspera— a este “Yo tengo un sueño” le falta la parte de decisión, y de acción. Carece de la fuerza de voluntad para modificar lo que está y transformarlo en lo que puede ser. Eso que constituye su esperanza, eso que “algún día será”.
Ocurre que ese nuevo día hay que parirlo, y para eso hay que actuar, hay que tomar decisiones, hay que acometer hechos concretos.
El título de la autora, evoca –sin quererlo— el del famoso discurso de Martin Luther King Jr. en la Alameda de Washington D.C. “I have a dream”….”Yo tengo un sueño”.
La diferencia sustancial está en que King no se quedó en el mero enunciado de su sueño, sino que luchó incansablemente por hacerlo realidad.
Fue soñar y actuar en consecuencia.
Creo que la lección historica de Martin Luther King Jr. debería ser un modelo a adoptar por nuestra escritora.
Y ahora sí, su escrito, breve, pero sustancioso:
Que hermoso es soñar!... desear... imaginar... cerrar los ojos y creer que existe en verdad esa posibilidad!... que si extendemos nuestras manos, podríamos tal vez llegar, y alcanzar!... sensación mágica, íntima, y espiritual: querer con todas tus fuerzas!... volar, y sumergirse en la firme idea del "algún día será!"... es la esperanza un aliento que siempre ayuda a continuar...
Pero soñar, también duele... mucho... te aleja de la realidad, te desconecta... no te permite apreciar y aquilatar, porque tu mirada está en otro punto que no es fácil tocar... y cuando termina el día, se te hace un nudo en el estómago: te das cuenta que sigues aquí... que no ha cambiado nada... que todo sigue igual... aprieto mis puños, y respiro hondo, ya cansada, porque hay que aceptar que hay cosas que no dependen de mi, que no decido yo, porque el destino, porque la vida, porque no soy Dios!, y así, me quito un gran peso de encima, y entierro más mis pies... pero, al llegar las estrellas...ahí voy otra vez: a soñar!...
Para completar todo, les dejo “Dream”, (Sueña), en la magnífica versión de una de las grandes vocalistas de Jazz: Sarah Vaughan.
enigma
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