Thursday, April 18, 2013

ALICIA: Siempre En El Recuerdo

Soy consciente de que el recuerdo de Alicia será imperecedero para todos quienes tuvieron el privilegio de conocerla, y más para mí que fui su esposo durante 39 años, hasta su deceso.

Muchos la recuerdan por su sonrisa, su afabilidad. Otros tantos, por su estupenda labor como maestra y luego Directora de escuela primaria en Uruguay, y maestra de Jardín de Infantes en Estados Unidos.

Aquí en este país, dos niñas que ya deben ser adolescentes, llevan su nombre en homenaje que los padres le hicieran cuando nacieron, porque Alicia había sido maestra de hermanos de ellas.

Cuando la evoco, un torrente de diferentes aspectos vienen a mi mente y a mi corazón. Su inteligencia, su forma lógica de razonar. Su calidad para planificar. 

Su extraordinaria capacidad de administradora de los bienes del hogar. 

Cómo  a los 46 años, llega a aprender a conducir en Estados Unidos y a desenvolverse con total soltura y seguridad.  Su fantástica memoria geográfica.

Pero por sobre todo, su amor. Amor para los suyos, (en sus padres que quedaron en Uruguay, así como su hermano y sobrino, en sus tíos/as y primos/as en Uruguay, Argentina España) amor que volcó especialmente en nuestro hijo Juan-Pablo, y luego en su nieto, Benjamin.

Alicia profesaba un cariño muy especial por sus amigas. Algunas que estudiaron magisterio con ella, otras que compartieron tareas educativas en las escuelas, y otras que conoció y con las que hizo una hermosa amistad aquí en Estados Unidos.

A lo largo de su vida, Alicia se dio sacrificialmente con voluntad, siempre pensando en los demás, en las necesidades de los demás. 

Siguió mis pasos fielmente, doquiera me tocase ir. De Montevideo nos fuimos a su natal Buenos Aires, cuando hube de culminar mis estudios de post-grado. De regreso en Montevideo, cambiamos tres veces de domicilio, y luego, la venida a Estados Unidos, donde también cambiamos tres veces de domicilio.

Siempre mantuvo su fe cristiana, desde su juventud en la Iglesia Metodista del Cerro (en Montevideo) donde tuvo como Pastores al misionero estadounidense Earl Smith y luego a Yamandú Rey, pastor que junto con el Pastor Miguel Brun nos casara en la Iglesia Metodista Central, el 12 de Diciembre de 1970.

Una voluntad firme, indomeñable, hizo que enfrentara con gran entereza su terrible enfermedad; que trabajara durante ese tiempo todo cuanto pudo y que nunca se lamentara por su situación. 

Faltaban pocos días para el desenlace final. Yo le proporcionaba todos los cuidados necesarios mientras estaba en casa. Y una noche, me hizo seña con su mano para que me acercara a ella, y con voz muy queda, --porque ya casi no podía hablar—me dejó el mensaje más hermoso que haya recibido en mi vida, en circunstancias tan dramáticas como esas. Junto a mi oído, me susurró en inglés (idioma que nunca usábamos entre nosotros) “I love you!”…

Al escribir esto, mis amigos, no puedo evitar que las lágrimas broten en mis ojos.
Es que ella ¡aún debería estar conmigo!…

No lo está físicamente, pero sí lo está y estará siempre, en mi mente y en mi corazón.

Te beso, ¡querida Alicia!.

[En la foto, Alicia muestra la fresca hermosura de sus 27 años, en una excursión que hicimos al año y mes de casados, a Villa Carlos Paz y alrededores, en la Provincia de Córdoba, Argentina]


enigma

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