Momentos hay en que las noticias del mundo nos abruman.
Hemos estado en vilo, y lo seguimos estando por la posibilidad de que Corea del Norte experimente un misil con carga nuclear.
En Venezuela el resultado de las elecciones es dudoso, y hay un país dividido al medio. Protestas populares dejaron cuatro muertos, en violencia callejera entre grupos políticos adversarios.
En Boston, Massachussetts aún no se sabe quién o quiénes hicieron detonar dos bombas que han dado muerte a 3 personas, entre ellas un niño de 8 años, y hay 106 heridos, algunos de gravedad. Obviamente un atentado terrorista.
En Irak un poderoso terremoto causa destrucción y muerte...
¡Qué terrible está resultando este mes de Abril!
En medio de todo eso, se suman los dramas personales. Quienes --como mi amiga Cynthia-- han perdido a alguien amado.
Quienes sufren el desespero de no saber si un ser querido está aún vivo o muerto.
Quienes buscan con cariño y ternura una reconciliación, para mirar hacia el futuro con felicidad.
Por todo esto y por un millón de razones más, llega un momento en que necesitamos hacer un paréntesis, dejar todos estos temas y situaciones de lado, y quedarnos casi como absortos, sin pensar, sino más bien dejando que fluyan en nuestra mente y nuestro espíritu, el aroma de una rosa, el sabor de chocolate, y la belleza de una música que nos transporte.
Nada mejor entonces que el piano de Ernesto Cortázar, y este tema: "Today, Tomorrow and Forever" (Hoy, Mañana y Para Siempre).
Un tema que apunta hacia las cosas más sustanciales en nuestras vidas. Esas que permanecen mientras todo lo demás pasa a nuestro derredor. Esas cosas que hacen que seamos quienes somos. Y de ellas, personalmente, elijo la mejor: el amor.
enigma
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