Monday, April 22, 2013

Soñar despierto...

El refrán: "Soñar no cuesta nada".

La frase: "Yo tengo un sueño"...Martin Luther King, Jr.

El testimonio: "¡Qué hermoso es soñar!...desear...imaginar...cerrar los ojos y creer que en verdad ¡existe esa posibilidad!"

Todos tenemos nuestros sueños, aspiraciones, deseos, anhelos. Un ideal que quisiéramos se hiciese realidad. 

Lo esencial del sueño, es de cada uno. El común denominador, en eso que yo llamo "soñar despierto", es el encuentro de la felicidad, la realización de la misma, su concreción. 

Soñar, en este sentido, soñar con los ojos bien abiertos, es poner en funcionamiento nuestra imaginación,  pensar en lo que nos produce agrado, en lo que quisiéramos que sucediera, es "creer que existe en verdad esa posibilidad".

Nuestros sentimientos en ello, juegan un papel primordial. Eso que soñamos, eso que queremos sea realidad, eso que lo quisiéramos nuestro ya, por un lado nos anima, nos sostiene, nos impulsa. No sólo vivimos momentos felices imaginando, sino que planeamos, analizamos posibilidades, tiempos, lugares, momentos, porque de alguna manera, queremos transformar el sueño en algo concreto, en algo que ocurra, que nos suceda.

Si el sueño se queda en sueño, es en vano soñar.

Lo natural es que procuremos que el sueño se haga realidad se haga tangible.

No basta con "creer que existe en verdad esa posibilidad", es menester darse cuenta que esa posibilidad está en nosotros mismos. En nuestra capacidad de transformarla en hechos, en hacer que lo posible sea posible, ¡tan siquiera eso!  

Tal vez no es todo, tal vez no es exactamente lo que en definitiva nos gustaría que fuese, pero si se acerca, si se aproxima, si de alguna manera el sueño no se queda en tal sino que llega a hacerse parcialmente realidad, ¡hemos dado un paso enorme!. 

¿Cuál es la parte mala de soñar despierto? Que estemos somnolientos...que nos quedemos adormilados con el sueño, y que no pongamos toda nuestra inteligencia y nuestra voluntad para que el sueño se traduzca en situaciones y hechos concretos.

Porque entonces viene una segunda parte muy dura, muy dificil de aceptar, que nos crea angustia, que nos hace un nudo en la garganta y nos oprime el estómago. Y es tener que admitir que lo que soñamos nunca ocurrirá, que nunca se hará realidad.

La pregunta que cabe hacernos entonces es: ¿hemos hecho algo para que sea realidad o nos frustramos a nosotros mismos convenciéndonos de que es un imposible, y que por lo tanto no vale la pena perseguir ese sueño, seguir esa estrella hasta alcanzarla? 

¿En qué medida ese "imposible" es verdaderamente tal, inamovible, inconmovible, no modificable, o somos nosotros mismos los que lo hacemos imposible?

En el plano humano, ¡nada es imposible!.  Imposible es lo que no queremos hacer, lo que no queremos lograr, lo que alejamos de nosotros, lo que no nos animamos a hacer realidad. 

Apuntemos al corazón de esa frustración, de ese sueño aparentemente irrealizable: somos nosotros los que nos estamos fallando a nosotros mismos. Somos nosotros los que estamos traicionando nuestro más honesto e intenso sentir. Nuestro deseos más íntimos, nuestras ganas más tremendas.

Podremos intentar contentarnos con hallar presuntas causas, situaciones complicadas, madejas dificiles de desenredar, para inventarnos una excusa y aplacar nuestras ansias.  Pero no nos enredemos nosotros mismos. Empecemos por actuar libremente, y liberarnos de todo lo que nos oprime, nos cohíbe, nos impide, nos somete, nos asfixia, nos llena de dudas o temores. 

¡Seamos nosotros mismos y juguémonos! 

Hagamos que el sueño llegue a ser realidad. 

Cuando Martin Luther King, Jr. proclamó en su discurso en la Alameda de Washington D.C. "I have a dream!" (¡Tengo un sueño!), su sueño se hizo realidad. Porque él dio todo de sí para que así fuera. Porque los que estaban con él y le siguieron lucharon y pagaron su precio, por hacer que ese sueño fuese realidad. ¡Y lo fue, y lo es!

Se me dirá que una cosa es el plano social y otro el individual. Pero cabe la misma lucha, la misma pasión, el mismo ardor por  la causa que queremos, deseamos, anhelamos, necesitamos.

Es cierto que hay circunstancias, decisiones de vida que uno ha tomado en su momento, que aprietan, que constriñen, que marcan aparentes barreras o límites.  Pero no es cierto que hay cosas en que "todo no depende de uno". Sí depende de uno, hoy. En lo actual.

Si nos quedamos anclados en las decisiones que tomamos 10, 12, 15 años atrás, nunca haremos realidad lo que soñamos, que está ahi, delante nuestro; ese sueño  que queremos alcanzar, hacia el cual extendemos imaginariamente nuestros brazos para abrazarlo definitivamente. Ese sueño que está en nuestro futuro y se gesta en este nuestro presente.

No se trata de proponernos cosas inalcanzables tal vez. 
Alguna vez quise ir al espacio, dialogar con los astronautas, relatar desde allí mi experiencia y enviar a Tierra los reportajes y diálogos con cada uno de ellos. No pude. Había impedimentos legales entonces.

Hoy tal vez mi edad no me permita ir al espacio. Y digo tal vez, porque el impedimento a lo mejor puede ser sólo económico.

He querido volar en un avión de combate. Todavía pienso que me podré sacar el gusto. 

He querido volar en un helicóptero, espero hacerlo.

Hay otras cosas que podemos querer,  desear fervientemente, que agitan nuestro corazón, que disponen nuestra existencia a favor de ellas. Esas pueden ser más difíciles pero nunca imposibles. No cejemos en buscarlas, no desmayemos en pretenderlas, no claudiquemos, no bajemos los brazos, ¡no nos demos por vencidos!

Y si nuestro soñar despierto tiene que ver con el amor, menos que nunca. 

Amar, ama hoy. Vivir, vive hoy. Vivelo intensamente, con todas tus ganas, con toda tu fuerza, con todo tu ser. No te anules, no te quedes quieto/a, no te congeles. 

Si el sueño no puede llegar al máximo, a la totalidad que te agradaría, a lo permanente que querrías, al menos vívelo donde, cuando y como puedas. Es mejor que nada.

Pero te tienes que decir y convencerte: lleva a cabo tu sueño, es posible, hazlo realidad.

Sé feliz a tiempo, y no esperes a cuando ya no puedas serlo. Es tu opción.

Sí, soñar es hermoso. ¡Pero mucho más hermoso es hacer realidad lo soñado!  Porque ya no es más un sueño. ¡¡Es vivencia!!

Pensé qué música podría acompañar este tema de hoy. Y no encontré una más hermosa y más significativa que "El sueño imposible" de la obra musical "El Hombre de La Mancha" en obvia referencia a nuestro querido Quijote.

Sí, debemos en nuestras vidas tener mucho de Quijote, lanzarnos, no importa si nos quedan cicatrices o magullones. Pero esforzarnos por alcanzar esa estrella...ese sueño que da sentido a nuestra vida misma.

Encontré --entre muchas-- una traducción que respeta la letra original en inglés. Y aquí está:
 
Soñar el sueño imposible.
Enfrentar al enemigo imbatible.
Soportar la insoportable pena.
Correr adonde el valiente desafío no va.
Corregir el incorregible error.
Amar pura y castamente desde lejos.
Tratar, cuando tus armas están muy cansadas,
Alcanzar a la inalcanzable estrella.

Ésta es mi búsqueda:
Seguir a esa estrella
No importa no tener esperanza,
No importa que tan lejos esté.
Luchar por la verdad,
Sin duda o pausa.
Estar dispuesto a marchar al infierno
Por una causa celestial.
Y sé que solamente habré acertado,
En esta gloriosa búsqueda,
Cuando mi corazón yazca en paz y en calma,
Cuando me eche a descansar.

Y el mundo será mejor para este único hombre,
Despreciado y cubierto de cicatrices,
Todavía esforzándose con su última onza de coraje
Para alcanzar a la inalcanzable estrella

Traducción de Annie.



enigma
 Textos protegidos por derechos de autor
                           

 

No comments:

Post a Comment