LA BELLEZA DE LA VIDA

Calma, serenidad, el placer del silencio, una brisa acariciando nuestro rostro….no importa qué hora es. Allí estamos, absorbiendo toda la belleza de la naturaleza. Extendiendo nuestra vista tan lejos como podemos. Mirando el cielo nocturno o una brillante mañana, donde se extiende una pradera, o una línea de montañas o el mar que están allí para brindarnos una bienvenida y decirnos que somos parte de ellos también.

Lejos de los sonidos rugientes de las ciudades, lejos de confrontaciones y duras discrepancias, lejos de fieras protestas y acciones violentas, lejos de un ambiente contaminado, allí estamos, nosotros y el universo.

Deseando a todos lo mejor, deseando ser capaces de desarrollar comprensión, buena voluntad, sinceridad, y una acción positiva a favor de muchos, tantos como sea posible.

No te preocupes si no eres totalmente comprendido. No te preocupes si no puedes tener tantos seguidores como te gustaría. Si alguien más se une a ti, siéntete feliz. Otro ser humano es capaz de tener el mismo sentimiento que tú.

Disfruta esa situación y enriquécela cuanto te sea posible.

Trata de hacer el bien a otros, porque eso es lo que hay que hacer. Porque para eso estamos aquí. Y si lo haces, ciertamente serás más que recompensado, no materialmente porque sería corrupción, sino espiritualmente y moralmente. Y eso es suficiente, y todo.

Vive tu vida con ese sentido, con ese propósito, porque vale ser de esa manera y hacerlo así.

Y entonces descubrirás la fuente de toda la felicidad, y esa felicitad estará contigo para siempre.

Humildemente te invito a hacer esta experiencia.

Y…¡gracias por leer!

Milton W. Hourcade

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