Siempre procurando entender algo, siempre intentando tener la explicación de algo.
Mi padre en eso tenía mucha paciencia y respondía a mis preguntas.
Pero hay cosas en la vida, para las cuales no hay quién las explique, y son por qué existenciales tremendos, los que nos quedan sin contestación.
Cuando mi esposa me dijo que le habían diagnosticado cáncer, y un cáncer particularmente agresivo, mi reacción desesperada en el momento fue repetir y repetir, como un clamor elevado al cielo, “esto no es justo, no es justo, no es justo”. Y detrás estaba subyacente la pregunta, esa pregunta incisiva: ¿por qué ella?, ¿por qué en esta etapa de su vida cuando bien podía tener 20 o 30 años por delante?, ¿por qué no un cáncer más simple y tratable, sino uno terriblemente agresivo cuyo desenlace se iría a producir 2 años y medio después?
¿Por qué?....
Y como Job, a veces quisiéramos que finalmente, mediante un acto, una palabra inspirada a alguien, de alguna manera El Ser en Sí (Dios) llegara a nosotros y nos respondiera en forma cabal y satisfactoria esa pregunta.
Pero eso no ocurre, suele no ocurrir, a mi todavía no me ha ocurrido.
Hoy mi pregunta tiene que ver con descifrar el misterio de por qué, algo feliz, hermoso, de pronto pasa a ser algo triste y desagradable, y cómo es posible que un edificio que llevó su tiempo tiempo de construcción, si bien que aún no estaba terminado, pero que lucía muy bien hasta inicios de marzo, haya sido de pronto demolido por implosión.
Si la decisión final iba a ser que ese edificio no podía estar allí, ¿por qué entonces se hizo el pozo, se pusieron los cimientos, fírmes, sólidos, buenos, y se fue erigiendo una hermosa construcción?
¿Con qué propósito, con que fin? ¿con el mero regodeo de mirar al edifio y ver qué lindo iba quedando para luego demolerlo?
Francamente yo no entiendo ese tipo de actitudes, de decisiones, que chocan entre sí, que son totalmente incoherentes, carentes de lógica y sentido. No sé si es una limitación de mi capacidad de comprensión, o si estoy en lo cierto, y realmente todo se parece más a algo esquizofrénico, a una especie de desajuste emocional, o algo así.
De cualquier manera, esta es la realidad, el edificio ha sido demolido, y ya nada se puede hacer de él con los escombros, como no sea retirarlos, despejar el área, y tal vez, con el tiempo, si alguien decide aprovechar el espacio libre, construir otro edificio, pero esta vez con el firme propósito de que el mismo albergue gente.
Alguien ha dicho que los escombros se reciclan, y alguien ha sugerido que con la historia de este edificio podría escribirse un libro. Y tal vez esa fuese una buena idea.
¡Cosas que insólitamente ocurren! Es no más que una reflexión, como siempre, compartida con ustedes, mis fieles seguidoras y seguidores.
Ah! y no me importa si son pocos. Lo que cuenta es la calidad y no la cantidad.
enigma
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