Muchas veces, al alcohol o las drogas tienen que ver con esa situación. Pero tantas otras, hay una personalidad psicópata, detrás de quien ejerce el maltrato.
Valga la pena aclarar, que no sólo los hombres maltratan a mujeres, también –aunque en mucho menos proporción— se han registrado casos en que es la mujer quien maltrata al hombre, agrediéndole física y verbalmente.
Pero hay una violencia más sutil, menos notoria. Una que no provoca heridas ni hematomas en el cuerpo, pero tremendas y profundas heridas en el alma, en la psique de la persona abusada, maltratada.
Se trata de la violencia psicológica, ejercida con la misma patología fundamental.
Es el individuo que cree que la mujer es inferior a él, y tiene el derecho a destratarla, a pisotearla, a manipularla, a controlarla a grados extremos, a chantajearla con los hijos, a hacer de cuenta que ella no existe, a no prestarle atención a nada que diga u opine, o a hacer oídos sordos a lo que hable, para luego salirse con la suya cómo y cuando sea.
Ese perfil del marido que ejerce violencia doméstica psicológica, está bien conocido por los expertos psicólogos y también por la policía y los jueces. Porque muchos de esos casos culminan en divorcio, salida lógica para una situación insoportable e injusta. Sobre todo, totalmente injusta.
Me voy a permitir reproducir parcialmente dos textos, de dos expertos, para ilustrar mejor el tema.
El primero pertenece al Dr. Jesús Arina, de Miami, Florida. El segundo es del Dr. Joseph M.Carver, psicólogo, y aparece reproducido y traducido al español en el sitio web CEPVI.com
Bajo el título ¿En qué consiste la violencia doméstica? el Dr. Arina escribe:
La violencia doméstica no es solamente el abuso físico, los golpes, o las heridas. Son aún más terribles la violencia psicológica y la sexual por el trauma que causan, que la violencia física, que todo el mundo puede ver. Hay violencia cuando se ataca la integridad emocional o espiritual de una persona.
Pero siempre la violencia física, la más evidente, es precedida por un patrón de abuso psicológico, que es usado sistemáticamente para degradar a la víctima, para erosionar y aplastar la auto-estima de la mujer.
Otra forma dentro de ese patrón de abuso psicológico es echarle la culpa a la víctima, la mujer.
Otra forma de abuso psicológico es el aislamiento. He conocido casos en que le hacen el vacío a la mujer, ni le hablan, ni la miran y entonces ella se va creyendo que se merece ese trato.
Dentro de ese abuso psicológico de los marido ….hay otro tipo de abuso: utilizar a los hijos para hacerles sentir culpables a las esposas. En este caso los hijos sirven de mensajeros: "dile a tu madre que..."
Las amenazas a través de los hijos, las amenazas de que le van a quitar al hijo, todos estos son abusos psicológicos que preceden al abuso físico.
Manifestaciones de violencia psicológica:
a) Abuso verbal: Rebajar, insultar, ridiculizar, humillar, utilizar juegos mentales e ironías para confundir, etc.
b) Intimidación: Asustar con miradas, gestos o gritos. Arrojar objetos o destrozar la propiedad.
c) Amenazas: De herir, matar, suicidarse, llevarse a los niños.
f) Aislamiento: Control abusivo de la vida del otro, mediante vigilancia de sus actos y movimientos, escucha de sus conversaciones, impedimento de cultivar amistades, etc.
g) Desprecio: Tratar al otro como inferior, tomar las decisiones importantes sin consultar al otro.
Síntomas para reconocerse víctima de violencia doméstica:
a) ¿Has llorado hasta dormirte por haber sido golpeada o insultada por tu esposo?
b) ¿Has ocultado heridas o hematomas quedándote en casa, o poniéndote lentes oscuras?
c) ¿Te has dicho a ti misma: "Esta situación va a mejorar, debo tener paciencia"? No te engañes. Con esa actitud sumisa alientas al abusador a que continúe igual o peor.
Hasta aquí este resumen de lo escrito por el Dr. Arinas. Me he permitido subrayar ciertos conceptos que considero muy importantes, como el hecho de que la violencia psicológica siempre precede a la violencia física.
El Dr. Carver por su parte, añade el significativo tema del conocido Síndrome de Estocolmo, que finalmente es una situación de violencia psicológica muy particular, y que traslada al ámbito doméstico.
Escribe este Psicólogo:
“En las relaciones malsanas y, sobre todo, en el síndrome de Estocolmo, existe una preocupación diaria con los "problemas". Un problema es cualquier persona, grupo, situación, comentario, mirada casual o comida fría que pudiera producir un estallido emocional o abuso verbal por parte del controlador o abusador. Para sobrevivir, hay que evitar los problemas a toda costa. La víctima debe controlar las situaciones que causan problemas. Eso puede incluir evitar familiares, amigos, compañeros de trabajo, y cualquiera que pueda crear un "problema" en la relación abusiva. La víctima no odia a los amigos o familiares; sólo está evitando problemas. La víctima también limpia la casa, calma a los niños, comprueba el correo, evita ciertos temas y anticipa cada tema del maltratador para evitar problemas.”
Aquí también he subrayado la descripción de una situación derivada de la violencia psicológica que me parece merece destacarse.
La víctima de violencia psicológica debe analizar su propia situación.
¿Cuánto tiempo lleva soportándola?, ¿qué ha ganado o ha ido perdiendo cada vez más durante todo ese tiempo?, ¿qué pasos dar para ponerle un fin definitivo?
Hablar con el victimario no tiene sentido, no se va a conseguir nada como no sea una peor victimización.
Hay que buscar asesoramiento, hay que dar con una organización, estudio de abogados, sección especial de la policía, que encaren el tema de la violencia doméstica, y allí plantear el caso y solicitar la ayuda necesaria.
La víctima entonces empezará a dejar de serlo, recuperará su sentido de dignidad personal y de valor y autoestima. Se sabrá que no está sola en su lucha, y finalmente, triunfará.
Dificil de demostrar –a la inversa de la violencia física—sin embargo, la descripción exacta de situaciones vividas, puede contribuir en gran medida a una estimación por parte de los expertos de la gravedad del caso.
La violencia doméstica, en definitiva, es una lacra que la sociedad toda debe combatir. No puede admitirse bajo ningún concepto y bajo ninguna de sus formas.
enigma
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