“Mejor pasar por audaz al otro mundo ¡en el apogeo de una pasión!, que marchitarse consumido funestamente por la vida.”
James Joyce
Un político decía una vez “Sé que tomando esta posición quemo mis velas, ¡pero lo hago con gusto y con convicción!”
Y tal vez en esa mezcla no fácil de definir, en que se unen un sentido de arrojo, de aventura, pero también una afirmación existencial de quién es uno, hasta las últimas consecuencias, esté la más clara expresión de nuestra impronta personal. De quiénes realmente somos y hasta dónde estamos dispuestos a llegar.
Es el héroe en la batalla, que se juega lo más preciado que tiene, --su vida misma-- por la causa que le llevó a luchar, y por sus compañeros de pelotón.
Es en Uruguay, Baltasar Brum, que habiendo sido Ministro de Educación, Ministro de Relaciones Exteriores, y Presidente de la República, se inmola con una serenidad extraordinaria, para con esa su entrega, asegurar la derrota de la dictadura de Gabriel Terra, en 1933.
Es vencer un instinto conservador, a veces hasta retrógrado, insensible, congelante, de muerte en vida, o es la afirmación de la vida hasta el extremo de morir, pero con gloria, con furia y afán, con gozo, sintiendo intensamente, vibrando con la emoción a flor de piel.
Es saberse realmente vivo, y no escatimar lo que uno es y tiene, dándose con fruición y con ganas por aquello que uno más ama.
Es, como la admonición de Mario Benedetti en su poema “No te salves”, y vale la pena repetir sus palabras llenas de una pujante fuerza:
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
Como lo dice muy bien Francisca Reyes Santiago, chilena, en su blog “No te salves”, inspirado, por supuesto en este poema: “Qué fácil es salvarse... nunca duele nada... pero nunca se vibra con nada tampoco... como lo dice uno de los versos, 'no quieras con desgana'... Creo que el peor enemigo de uno mismo es el miedo, el miedo a atreverse y a dar un paso más, sin embargo al mirar para atrás, los mejores recuerdos son aquéllos en los que nos jugamos algo...”
“Nos jugamos algo….” Sí, de eso se trata, de jugarse, de jugarse de pronto hasta las últimas consecuencias. Pero en el jugarnos, realmente ser, ser nosotros, sin ambages, sin distorsiones, sin disimulos, sin hipocresía, sin mentiras… Ser nosotros, ser auténticos. ¡Ser sin miedo de ser!
No quedarnos en el atrás, en el ayer. Progresar, y eso –como lo dice también Benedetti— está adelante.
Hay otro poema del genial uruguayo, este uruguayo de escribir simple y sencillo pero que tiene una tremenda fuerza en el decir. Se parece o es un complemento a mi juicio, de “No te salves”. Y no puedo evitar reproducirlo completamente. Siento un verdadero placer en hacerlo, porque coincido totalmente con todo lo que ahí expresa Mario. Se titula “No te rindas”, y es mi mensaje para quien lee este blog.
No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo/a(*), porque yo te quiero.
(*) El original dice “solo”.
Cada palabra de este poema es un golpe, una chispa de fuego.
En resumen, amigas, amigos, vivir es tener el coraje de ser.
enigma
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