Al rescate del tiempo perdido

El francés Marcel Proust, escribió ocho novelas, entre 1908 y 1922,
que componen un conjunto bajo el rótulo general de "Á la recherche du temps perdu" --A la búsqueda del tiempo perdido, que le ha valido le fueran reconocidas como cumbres de la literatura.

Ese título me asaltó a la mente, luego de una experiencia vivida hoy, apenas esta tarde del 30 de Mayo de 2011.

Más que estar a la búsqueda del tiempo perdido, me sentí que estaba al rescate de un tiempo que se perdió.

Que lo estaba rescatando en ese mismo momento, que estaba retomando el hilo de algo que de pronto se cortó. Y se abrió un tiempo entre los tiempos. Un tiempo de inacción, un tiempo de silencio, un tiempo en que todo quedó como en suspenso.

Y sentí --en medio de lo ocurrido esta tarde-- que estaba rescatando ese tiempo, tal vez no perdido, porque toda experiencia, aún con sus tonos negativos, finalmente es válida. Y tal vez si esa experiencia y ese tiempo no hubiesen transcurrido, hoy no habría ido al rescate de lo sustancial que necesitaba reencontrar.

Los periodistas que trabajamos en radio y los que en televisión, sabemos muy bien lo que es rebobinar. El "rewind" del inglés, que encontramos en muchos de los grabadores y videocámaras o en los programas de software donde podemos editar material grabado.

Hoy fue como si hubiese "rebobinado". Como si hubiese vuelto al punto en que todo había quedado, y a partir de allí, continuara con una nueva grabación, que comenzó a llenar ese bache, ese silencio anterior.

Un continuar con la sustancia del tema que concitó todo. Un tema con olor humano. Un tema profundo e intenso. Un tema que transpira amor.

Me siento sobriamente feliz. Me siento esperanzado.

Ustedes saben que soy hombre de fé. Ustedes saben que creo en el Ser en Si.

Sé que Él me acompaña, vela por mi, me protege. Pero sé más. Sé que propicia encuentros, sé que soluciona escollos, sé que ha hecho posible sucesos que sin Su intervención no hubiesen ocurrido. Y agradezco haber tenido la sensibilidad y perspicacia de reconocer cuando ello ha sucedido.

Por eso espero confiado. Porque después de todo, Él es Amor, y él nos ama y quiere lo mejor para nosotros.

Él tira abajo barreras, Él abre caminos, Él nos guía y nos lleva.

Sólo espera que seamos conscientes de ello, y actuemos en consecuencia.

La hermosa música de Ernesto Cortázar nos acompaña una vez más, hoy con su tema "Summer Dreams" (Sueños de Verano) a la que ha puesto imágenes y texto el señor G. Macri. Y aquí reproduzco el texto que está contenido entre las imágenes, porque me ha parecido hermoso, porque es agradable constatar que existen en este planeta personas románticas, que saben y sienten el amor.

El texto dice así:

Hay dos clases de sueños
Sueños que tenemos mientras dormimos
Y sueños que tenemos mientras estamos despiertos
Ambos sueños son acerca de los anhelos que llevamos profundamente
Algunos de esos deseos son tan secretos
que no nos atrevemos a compartirlos.

Tengo un sueño contigo...
tus ojos...
tu voz...
el toque de tu mano...
compartiendo dulces momentos contigo...
Amándonos mutuamente para siempre

Este es mi sueño secreto
un sueño que tengo mientras estoy despierto
un sueño que ahora me atrevo a compartir contigo
Tú y yo para siempre...

enigma