Monday, April 9, 2012

EL PERDÓN DA PAZ

Tristemente hay personas que no saben perdonar, o que no quieren perdonar, porque ignoran por completo lo que el perdón significa.

Como lo dice la ilustración que acompaña esta reflexió, "Perdonar, es poner a un prisionero en Libertad, y decubrir que el prisionro ERES TÚ".

Y efectivamente es así, quien no perdona, quien ignora el tremendo bien que se hace a sí mismo/a si perdona, sigue prisionero/a de por vida.

Lawrence Sterne, un afamado novelista inglés del Siglo XVIII lo dijo magistralmente: "Solamente aquellos espíritus verdaderamente valerosos saben la manera de perdonar. Un ser vil no perdona nunca porque no está en su naturaleza."

Y lamentablemente, sabemos que existen esos seres viles, incapaces de perdonar.

Pero quiero pensar que muchos ignoran el mecanismo mismo del perdón. Ignoran el beneficio propio del perdón, ignoran el poder reconstitutivo que el perdón trae aparejado.

El grande Oscar Wilde, lo dijo de otra manera, un tanto irónica: "Perdona siempre a tu enemigo. No hay nada que le enfurezca más.
"

He conocido a personas incapaces de perdonar, siempre masticando el rencor, el odio, el deseo de venganza (disfrazado de "justicia") el no poder superar lo ocurrido, en aras de un presente mejor y un futuro venturoso. Esas personas viven enfermas, su psique está seriamente afectada. Necesitan estar permanentemente medicadas, no son felices, y terminan sus existencias en muy mala forma.

La ciencia moderna se ha dedicado a estudiar el perdón y sus efectos.

Por ejemplo, un reciente trabajo se dedicó a determinar qué tipo de persona tiende más a perdonar. Un estudio longitudinal mostró que las personas que son generalmente más neuróticas, con tendencia a enojarse y ser hostiles en la vida, era menos posible que perdonasen a alguien, aunque hubiese pasado mucho tiempo.

Por otra parte, se han llevado a cabo estudios que demuestran fehacientemente que las personas que perdonan son más felices y saludables que quienes guardan resentimientos.

Perdonar afecta positivamente la salud, ya que provoca una mejoría en el sistema cardiovascular y en el sistema nervioso.

Al respecto un estudio efectuado por la Universidad de Wisconsin demostró que las personas que más perdonaban, sufrían menos de una amplia gama de enfermedades, en tanto que las personas que no perdonaban informaron de una gan cantidad de problemas.

La investigación llevada a cabo en la prestigiosa Universidad de Stanford, en California, por el Dr. Fred Luskin, muestra que se puede aprender a perdonar.

El trabajo del Dr. Luskin se basa en siete importantes proyectos de investigacion sobre los efectos del perdón, dando validez empírica al concepto de que el perdón no sólo es poderoso, sino también excelente para la salud de quien perdona.

El Dr. Luskin es autor del libro "Aprendiendo a Perdonar"

Perdonar es saber superar lo pasado. Es buscar apuntalar y hacer realidad un presente diferente y mejor, y marchar decidido hacia un futuro venturoso, preñado de sueños y posibilidades realizables.

Perdonar afianza la paz interior en quien perdona, pero provoca y realiza la paz con quien es perdonado, y crea un ambiente de paz, único propicio para el progreso.

Si no se perdona, nunca se tiene paz interior, es un hecho. Y de ello se derivan serios problemas de salud.

Y la falta de perdón en una sociedad, no crea la paz necesaria, sino un desequilibrio permanente que tiende a gestar una población psicótica, resentida, amargada, carente de valores, y sin aspiraciones de futuro.

Como lo expresa muy bien alguien en un blog que leí: "Perdonar es el camino de la liberación, el que auténticamente se libera es quien perdona, echando fuera de su alma al rencor y la venganza que solamente lo envilece y lo consume."

Amiga, amigo: si no has perdonado aún, ¡perdona!

Si no sabes cómo perdonar, pregunta a quienes perdonan, lee, aprende.

enigma

Textos protegidos por derechos de autor

No comments:

Post a Comment