Friday, April 13, 2012

¡Si todo fuera tan sencillo!....

Nunca conocí una literatura de esta índole hasta que vine a vivir en Estados Unidos.

Pero es sorprendente la cantidad de libros que se publican cada año, donde mayormente autoras, escriben poco menos que “recetas para ser feliz”, en las finanzas, en el matrimonio, en la elección de pareja, en la cocina, y una larga lista de etcéteras.

Algunas escriben desde sus propias experiencias, pensando que son transferibles. Otras, escriben ya como una fórmula, y sacan más de un libro. Frases breves que se pretenden inspiradoras, un libro devoto a los ángeles (los buenos, se da por sobreentendido, los otros ni se mencionan), todo es más o menos color rosa.

Están también los hombres, que mayormente se dedican a escribir dos tipos de libros. Uno, con recetas de cómo cuidar mejor la salud, fuera del ámbito de los medicamentos y los consejos médicos, y otros que se dedican a las finanzas, y proponen (mediante compra del libro y de media docena de DVDs) enseñar cómo hacerse millonario….El que se hace millonario o más o menos, es el que vende el libro y los DVDs, en base no a lo que su libro dice, sino a esa simple venta…

Asi uno puede recorrer una gama tremenda de propuestas, a cual aparentemente mejor. Si todas funcionaran, habría cantidad de gente felicísima, relatando a cada paso sus éxitos, en el plano que fuere.

Más intelectuales, y lindando con la espiritualidad, hay quienes encararon la empresa de escribir libros y hacer películas sobre lo que llaman la “ley de atracción”, y una buena amiga lo resume en este lema: “Imagínalo, Visualízalo, y será tuyo.”

Supuestamente si se quiere fervientemente algo, si se piensa en ese algo positivamente día a día y todos los días, ese algo –por la ley de atracción—se convertirá en realidad.

No dudo un ápice del poder de la mente, de la función del subconsciente colectivo, y de que si somos capaces de activar ciertos sectores del cerebro, hay cosas que pueden suceder en nuestro derredor.

Pero de ahí a que casi mágicamente, si imagino y visualizo algo, lo voy a lograr, me parece que la distancia es galáctica.

Puedo decir de mi propia experiencia personal que he imaginado y visualizado durante más de tres años, y vivenciado intensamente, un algo que en todo este tiempo no se ha dado. No he perdido la esperanza de que finalmente se dé, pero está llevando demasiado tiempo, y a esta altura, tengo urgencia. No es que me haya dado por vencido, no es que acepte una derrota, no es que no pelee hasta el final, no es que no pueda revertir el puntaje de un partido, como el gran seleccionado uruguayo supo hacerlo en el fútbol mundial.

Pero hay que ser realista. Hay que admitir las cosas como son. Por más que uno imagine y visualice, lo que suceda, en tanto involucra a muchas otras personas, no se va a dar tal y cual uno lo quiere o desea. Pero tengo la firme convicción de que finalmente va a ocurrir. Es como el fruto de un árbol, hay que dejarlo madurar, pero no que se pase de tiempo!

Hay quienes hablan de la suerte, y es cierto que para muchas cosas se necesita una buena cuota de suerte, la conjunción impensable e increíble, y no imaginada ni visualizada por uno, de una serie de factores que se concatenan de tal forma que dan como producto algo inesperado y positivo.

Pero esa buena suerte, no nos acompaña siempre, como si fuese nuestra sombra.

Si analizamos nuestras vidas podremos verificar momentos altos en cuanto a suerte se refiere, y momentos bajos.

Luego hay un factor muy importante, y este si nada imaginario: los contactos.

En cualquier parte del mundo, el progreso individual, el lograr ciertos objetivos bien específicos, depende de los contactos que uno tenga o haya podido desarrollar.

Un conocido o amigo ubicado en una determinada organización, puede ser la pieza fundamental de nuestro propio progreso, de alcanzar una meta, o hacer realidad un sueño. Simplemente porque es un facilitador, porque nos presenta a otras personas, porque nos recomienda, porque conociéndonos nos impulsó, o nos abrió la puerta que necesitábamos.

Eso sí es una realidad. Pero hay que admitir también, que no siempre se tienen contactos en lugares a los que uno quisiera acceder. Entonces todo se hace cuesta arriba, y hay lugares, y situaciones que uno se da cuenta que no llegarán nunca a hacerse realidad.

La misma amiga, antes tenía otro lema que me gustaba más: “Todo es posible”. Y sí, creo que en el plano humano todo es posible siempre y cuando exista la voluntad de hacerlo posible.

Muchos proyectos de vida individual, o de pareja, dependen de la voluntad de uno o de las partes. Al igual que en las naciones donde ciertos proyectos dependen de la voluntad política para llevarlos a cabo.

Si no hay voluntad de dar ciertos pasos y de hacer ciertas cosas imprescindibles, nada va a ocurrir.

A lo del título: ¡si todo fuera tan sencillo!….

enigma

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