Monday, April 2, 2012

Una semana cada vez menos Santa




Tres es el número de la perfección. Tres se considera número divino. Y tres imágenes ilustran todo lo esencial acontecido en una semana como esta, aproximadamente hace 2012 años.

La imagen de la izquierda nos ilustra la conocida "entrada triunfal en Jerusalén". Jesús montado en un asno, señal de paz.

Pero el pueblo creyó otra cosa. Le proclaman descendiente de David, y rey. Creyó el pueblo que quien venía no sobre un caballo y con un ejército tras suyo, como guerrero, sino humilde, sin ningún arma, en la imagen de un príncipe de paz, iba a desalojar al poder imperial romano.

"Se equivocó la paloma" como decía la canción. Tan se equivocó, que el pueblo se sintió traicionado, Aquel que vino no iniciaba una revolución político-social, no era un agitador de masas, no iba a vencer al imperio por las armas, sino por la fé. Constantino se convertiría en su seguidor siglos más tarde y con él todo el imperio.

Los mismos que lo recibieron con palmas y lo aplaudieron un domingo, gritaban --azuzados por los sacerdotes que vieron en peligro los privilegios de su negocio templar-- que le crucificaran. Y así Jesús es castigado, torturado y recibe la infamante muerte destinada sólo a los criminales, cuando sobre él no pesaba ningún crimen, excepto haber cuestionado la forma de vivir de la gente y la explotación comercial de la fe, en el templo.

Sus enseñanzas fueron simples pero profundas. Proclamó un gobierno (reino) eterno, no de este mundo.O sea un orden de cosas diferente, con un sentido que hoy llamamos holístico. Proclamó que los mayores mandamientos que lo sintetizaban todo era amar a Dios y amar al prójimo como a uno mismo. Instó a orar en secreto, apartadamente, y nos legó Su oración. En Su persona estaba presente un Poder divino, que surgía de su propia naturaleza. De ahí sus milagros, la alteración del orden natural de las cosas.

Pero la muerte en Él no tuvo la última palabra, sino que fue resucitado por ángeles que acudieron a su auxilio y que tenían el "know how" de cómo hacerlo. Cómo volver a la vida a Aquel que estaba muerto. ¿Acaso no lo había hecho Jesús con Lázaro?

Y de ahí se desprende su promesa de que
"el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá."

Tremendas palabras que invocamos cuando alguien fallece, pero que no vivimos todos los días mientras existimos.

La Semana Santa es cada vez menos santa. Los comerciantes de siempre, con las estúpidas historias de los conejitos y los huevitos, y la cacería de huevos, a las cuales se pliegan complacientes las iglesias, creando desde la niñez una confusión respecto de qué significa para la humanidad esta semana.

Es menos santa en un mundo atribulado por guerras, y maniobras de los halcones políticos por preparar una guerra peor aún, cuyas consecuencias involucrarían al planeta entero. Hambruna, enfermedades parasitarias endémicas, corrupción, trata de personas, narcotráfico, alcoholismo, prostitución, esclavitud, pobreza, miseria. Naturaleza no respetada, contaminación de los mares, quemantes rayos ultravioletas, deterioro planetario, camino a la extinción de la vida...

Mientras tanto, la semana en términos prácticos pasa desapercibida para quienes tienen que trabajar, y también para quienes si la tienen libre la usan para cualquier otro propósito que para tener un encuentro con lo divino, con el Ser en Si, y con Jesús.

La Semana Santa queda relegada a unas pocas y breves notas en los medios, donde predominantemente se muestran ceremonias en el Vaticano, olvidándose de que hay un mundo de gente de fe, fuera de los confines católicorromanos.

La propia imagen que se recibe por televisión, dista años luz de aquella sencilla y humilde, de Jesus con su túnica y su manto --como era la vestimenta de su tiempo-- y sus sandalias de peregrino.

Hay muchas formas de traicionar a Jesús. La de Judas no fue la única.

Entre otras cosas, porque Jesús no vino a fundar ninguna forma religiosa o religión. Vino a proponer vivir una vida conectada con el Poder divino, ofrecida a todos. Una vida de fe, de oración, que pone en movimiento mecanismos aletargados o perdidos para la vasta mayoría de una humanidad inconsciente o ignorante.

Entonces la gente, que por naturaleza necesita creer, en lugar de concentrarse en lo que le ha sido dado en la persona de Jesús, sigue a místicos, sigue a charlatanes, sigue a cultos esotéricos, a cualquier cosa que le dé satisfacción a su mente, a las exigencias de razonamiento del Siglo XXI, y al no mantenimiento de los "misterios teologales", mantenimiento que a esta altura de las circunstancias es una verdadera aberración.

Si las iglesias son incapaces de satisfacer la mentalidad inquisitiva de la gente que no entiende claramente la Biblia, y lo que allí está escrito, o los dogmas sostenidos por las iglesias, es natural aunque doloroso, que la gente acuda a otras fuentes para su experiencia de fe y para tener explicaciones sobre algunas cosas.

Volver a las fuentes, con sencillez, con humildad, despojándose de todo lujo y oropel para proclamar al sencillo Jesús, debería ser parte fundamental del "kerygma" cristiano. Y acudir a la ciencia para explicar cosas que están en las Sagradas Escrituras pero que son difíciles de entender para el lego, es a estas alturas, una obligación moral ineludible. Pero lamentablemente, no se hace. Las iglesias no lo hacen, y entonces, sucumben en lo anticuado, fuera de época, diría en su obsolescencia.

Enre tanto, el Maestro de Galilea, sigue predicando su buena noticia a todo quien quiere oirla: el orden divino se ha acercado, estemos conscientes, alertas y atentos. Estemos conectados. Aprendamos a hacerlo si no lo sabemos. Practiquémoslo. ¡Y veremos en nosotros mismos los resultados!

Entonces y sólo entonces, entenderemos lo que significa el Poder divino actuando en nuestro diario vivir, cómo está a nuestra disposición y podemos usarlo en bien de otros. Amén. (que significa: que así sea).



enigma
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