Friday, May 18, 2012

Cuando el Twitter es un vicio

La cultura cambia aceleradamente, al compás de la aplicación de tecnología que está revolucionando en forma que no nos damos cuenta, nuestro relacionamiento como seres humanos, en la sociedad, en el lugar de trabajo, el propio hogar.

Es cierto que se puede vivir sin Internet, sin Facebook, Twitter, Google, hi5, y tantos otros medios de comunicación cibernética. Pero el ritmo actual del mundo nos obliga a internarnos en esos medios de comunicación --porque de eso se trata esencialmente-- como una forma de no estar aislados, y de dialogar eficazmente con el mundo.

Uno hoy puede ampliar su círculo de conocidos y de amigos a un grado como nunca se pudo antes. Hoy es posible comunicarse al instante con cualquier persona en cualquier parte del planeta y hasta del Espacio (las comunicaciones de grupos de estudiantes por ejemplo, con los astronautas en la Estación Espacial Internacional), y todo eso es fascinante.

Poder entrar a bibliotecas de universidades geográficamente distantes, pero apenas al leve movimiento de nuestro teclear, es algo fabuloso, hace apenas 20 años, impensable.

Ese es el mundo de hoy, para los negocios, las finanzas, las carreras profesionales, los estudios, la investigación, el entretenimiento, y las relaciones humanas a todo nivel, incluido el encuentro de una pareja, y el romance.

Twitter es uno de los medios (aunque restringidos en la posibilidad de expresarse) que ofrece un contacto rápido, donde se puede comunicar algo que está pasando al momento. Una catástrofe, un accidente grave, una situación política límite, una manifestación, un atentado terrorista, etc. etc.
El mensaje va al mundo, y el mundo lo recoge. O a veces es una forma pública de intercambiar mensajes con gente --la mayoría desconocida-- algunos/as amigos/as, y otros/as, conocidos, con los cuales puede o no, llegarse a compartir algo en común.

Pero Twitter carece de sustancia. Twitter es como invitar a alguien y preguntarle:¿qué tienes ganas de decir?, dí lo que quieras. Y así hay un montón de tonterías y estupideces que la gente escribe. ¿Para qué?, ¿con qué propósito?, pues para que simplemente alguien las vea y tenga la bondad de contestarlas, de entablar quizás un breve diálogo, o no. ¿Es eso productivo?, ¿conduce concretamente a algo?, ¿acaso podría compararse al ocio creativo de los griegos? ¡Qué va! es un perdedero de tiempo infame.

¿A dónde apunta todo eso?, ¿qué finalidad importante cumple?:ninguna.

Ah, si, claro, expresarse.

Y pasan cosas jocosas. Recuerdo cuando el año pasado, una persona colocó un tweet que decía: "esta es la mujer que amo", y puso un enlace con una foto de ella. Y otro le replicó: "yo también!".

Como digo antes, Twitter sirve para dar un alerta, exponer una situación riesgosa, o bien para enterar a varios de que hay una exhibición especial en un museo, o se produce el estreno de una obra teatral, o habrá un concierto de un afamado cantante, etc. Noticias. Noticias breves, diseminadas asi.

No dudo que Twitter en ese sentido cumple su función.

Pero de ahí a tener la necesidad de estar "twitteando" todo el día, de enviar 30 o 40 mensajes diarios, de estar en un restaurante, o con la familia, y en vez de dialogar, permanecer aislado/a, tecleando en el teléfono celular para enviar mensajes y leer los recibidos, asi otro tanto en el viaje en el bus o el subte, y hasta en ratos que se le roban al trabajo...francamente, eso pasa de ser un uso, a transformarse en una patología. ¡No cabe duda alguna! la persona que así obra está como "drogándose" con Twitter cada día, a cada instante.

En el camino, quedan sus auténticos amigos/as, esos que esperan comunicarse de veras, en serio, y con la extensión necesaria a través de un chat, o bien de correo electrónico. Entre medio y por el camino, queda la reunión social a la cual se nos invitó pero de la cual, "twitteando" nos ausentamos, o reconcentarmos en nosotros mismos. Entre medio, o más bien, hecha a un lado, queda la familia, con la cual hemos suspendido el diálogo, porque estamos sumidos en teclear y en leer la pequeña pantalla.

¿Será posible, que si eso nos ocurre, no nos demos cuenta del daño personal y social que nos estamos infringiendo?

¿Será posible que no crezcamos espiritualmente como para saber usar ese medio de comunicación mesuradamente, con propiedad, no para intercambiar saluditos y abrazos, o cosas tontas como "quiero comer churros" y otras sandeces?

En jovencitos/as, tal sumisión y entrega viciosa al Twitter, no es justificable pero comprensible.

En personas adultas, no tiene sentido, es realmente absurdo, insensato, falto de juicio.

Cuando ver televisión, participar en video-juegos, o atarse a Twitter o cualquier otro medio cibernético nos absorbe al grado de romper las auténticas, verdaderas y reales relaciones interpersonales, una enorme luz roja tiene que aparecer en nuestras vidas, y habremos de darnos cuenta que vamos por un camino de deterioro creciente de nuestra personalidad.

Desde aquí, un amistoso ¡alerta!



enigma

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