Pero frente al contenido trascendente de la Semana que se rememora, frente al significado profundo que la misma debería tener para cada ser humano sobre la faz de este afligido planeta, caer en la trivialidad de pintar huevitos, esconderlos en un jardín y alentar a los niños (¡tan luego a los niños!!) a buscarlos y luego según la cantidad que hayan recogido elegir al ganador o ganadora y darle golosinas de premio, es un acto aberrante y diría que deleznable.
Acto aberrante, porque es un sinsentido hacer de la Semana Santa, el motivo de un juego de diversión infantil.
Deleznable, porque justamente se empieza por desvirtuar el sentido de la Semana, cuando en lugar de su carácter serio, profundo, que se puede traducir con palabras adecuadas para que los niños la entiendan, desde pequeños se les crea la idea de que Semana Santa es cuando se pintan, esconde y juega con los huevos en el jardín de la casa, o en un parque, etc.
¿Qué se oculta detrás de una actividad aparentemente tan inocente y tan “simpática”? (simpática porque en su inocencia, los niños se divierten).
Se oculta el verdadero sentido y el drama de la Semana Santa.
No se habla de Emmanuel, (Jesús), del complot de los principales sacerdotes para lograr que los romanos fuesen la mano ejecutora de Su muerte.
No se habla de Emmanuel, se le esconde, desaparece de la escena. Y se hace de una Semana dramática, una semana divertida. Y desde niños se les pone esa idea y se les crea esa “tradición”.
Emmanuel (Jesús) es siempre el oculto, el escondido, el que hay que hacer desaparecer de la escena.
Si es Semana Santa, organizamos la búsqueda de los huevitos, y nos divertimos con los conejitos de chocolate.
Si es Navidad, Emmanuel y su nacimiento desaparecen, para ser tapados por la figura obesa de Santa Claus, Papa Noël, el Viejito Pacuero, o como diantres se le llame.
Si es el Día de Acción de Gracias –aquí en Estados Unidos— no se recuerda el hecho de que los primeros peregrinos, que eran cristianos, en búsqueda de libertad para vivir su religión, dieron gracias por las primeras cosechas en la nueva tierra. El dar gracias al Ser en Sí (Dios) aparece sustituido por la costumbre gastronómica de comer un pavo.
Y así, sistemáticamente, la actividad de los cristianos –para el caso de los peregrinos—o el mismo Cristo, son ocultados, son tapados, son sobrepasados por todos los medios periodísticos que arman el ambiente para que las celebraciones, y las recordaciones propias de los cristianos, sean deliberadamente deformadas.
Yo me imagino que si los cristianos trivializaran el Pésaj judío –rememorado a partir del lunes de esta semana— o el Yom Kippur, o Hannukah, y sustituyeran deliberadamente el sentido de esas fechas por cosas ridículas pero que terminaran ocultando el verdadero sentido de las mismas, la colectividad hebrea pondría el grito en el cielo.
Ya adivino las acusaciones de antisemitismo, de persecución, de falta de total respeto, etc. etc.
Y tendrían razón. Porque las cosas sagradas no se pueden trivializar. Porque el verdadero, auténtico y profundo sentido de fechas que una comunidad celebra, y que son parte integral de los fundamentos de su fé, no se pueden tergiversar y transformar en lo que no corresponde.
Pero en tanto los cristianos calladamente aceptan este verdadero atropello, la comercialización y desfiguración total de sus celebraciones sagradas, y hasta caen en la estupidez total de adoptarlas, ¡¡porque hasta en las iglesias se organizan las “egg hunt”, cacería de huevos!!, yo aún espero que haya voces, comunidades, congregaciones, sacerdotes y pastores, que se levanten contra tal ignominia, alcen públicamente sus voces de protesta, y sus comunidades rechacen servir a los designios diabólicos que han metido su cola en esto.
Me consta por ejemplo, que en Navidad, hay muchas iglesias que han dejado por completo de “hacerle el juego” a esos intereses comerciales, y están en contra de que se hable de Santa Claus. La atención se centra en el nacimiento de Emmanuel (Jesús), como corresponde. Como debe ser.
De la misma manera habría que proceder en Semana Santa.
enigma
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