En el ejemplar 104 de la Revista CEPAL correspondiente a Agosto de 2011, se presenta un detallado y excelente estudio de 17 páginas sobre el tema "América Latina: violencia entre estudiantes y desempeño escolar".
Es profundamente lamentable que este fenómeno de agresión entre escolares se esté dando en todas partes del mundo.
Expresiones de violencia a veces en grados altamente peligrosos, que no hacen más que poner en evidencia que los padres están fallando en no educar adecuadamentes a sus hijos, que los maestros tal vez no están haciendo con esfuerzo todo lo que pueden para crear valores que haga que los niños y niñas eviten verse involucrados en la violencia, y porque hay sistemas que a pretexto de la libertad o de los derechos del niño, toleran esa misma violencia, temen aplicar sanciones disciplinarias, y no la reprimen.
El matonismo entonces encuentra vía libre para expresarse, sabiendo que no habrá consecuencias. Así, autoridades, gobiernos, institutos de enseñanza y los propios padres muchas veces, se vuelven en cómplices de situaciones absolutamente inadmisibles.
Pero también vale la pena tener en cuenta la incidencia no sólo de factores sociológicos, sino psico-culturales que coadyuvan a esa violencia en la niñez. Y a mi criterio, entre esos factores que inciden, no pueden descartarse en manera alguna, aquellos que proceden de las películas, la televisión, y los juegos de video.
El estudio se enfocó en la situación en América Latina, y me permito reproducir "in extenso" partes sustanciales de dicho estudio, porque el documento lo merece totalmente.
La muestra
El estudio indica que: "se estudiaron 2.809 escuelas, 3.683 aulas y 86.372 estudiantes en 15 países."
Constatación general: el 51,1% ha sufrido violencia
De acuerdo con los análisis, poco más de la mitad de los estudiantes de 6o. grado de educación primaria (el 51,1%) sufrieron robos, fueron insultados, amenazados o golpeados por sus compañeros en la escuela durante el mes anterior al que se recogieron los datos. La agresión más frecuente es el robo (39,4%), seguida de la violencia verbal (26,6%) y, por último, la violencia
física (16,5%).
Las formas de maltrato
Entre las formas de maltrato más comunes y frecuentes, la evidencia identifica distintos tipos de
insultos, apodos y sobrenombres; golpes, agresiones directas, robos; amenazas, rumores y la exclusión o el aislamiento social (Whitney y Smith, 1993; Owens, Daly y Slee, 2005).
Últimamente ha aumentado de manera importante el llamado bullying cibernético mediante el cual se maltrata y denigra al estudiante de distintas formas a través de teléfonos celulares, páginas web, blogs, redes sociales (facebook, hi5, twitter), YouTube u otros medios compartidos y utilizados por los escolares en internet (Skrzypiec, 2008).
El género y la edad inciden en la expresión y magnitud que alcanza el acoso entre compañeros. Así, los estudiantes varones se ven envueltos mayormente en situaciones de maltrato físico (golpes), mientras que las mujeres ocupan preferentemente el maltrato social o psicólogico (Skrzypiec, 2008). Este fenómeno disminuye a medida que aumenta el nivel de escolaridad.
Diferencias entre países
En los estudios realizados en América Latina se aprecian tambien diferencias entre países y respecto del nivel de ensenanza. Así, por ejemplo, un 11% de los estudiantes mexicanos de primaria han robado o amenazado a algun compañero, mientras que en secundaria ese porcentaje alcanza a poco más de un 7%.
En escuelas privadas y públicas del Brasil el porcentaje de estudiantes de primaria que reconocen ser reiteradamente amenazados va del 21% al 40%, dependiendo del estado en cuestión.
Con respecto al Perú los datos señalan una tasa de bullying del 47% (Oliveros y otros, 2008), mientras que en Chile un 11% de los estudiantes declaran haber sufrido bullying, ya sean amenazas permanentes, discriminación o ambas de parte de sus compañeros (Encuesta
nacional de violencia escolar, 2007). Las principalesagresiones reconocidas corresponden a violencia psicológica (22,2%); física (17,7%); discriminación o rechazo (13,5%); amenaza u hostigamiento permanente (11,1%); atentado contra la propiedad (9,6%); con armas (4,3%),
y sexual (3%).
En la Argentina, casi un tercio de los estudiantes de secundaria reconocen haber sufrido la rotura de útiles u otros objetos llevados a la escuela (32%). La violencia verbal (gritos, burlas e insultos) alcanza porcentajes entre un 12% y un 14%, dependiendo del grado. El 10% de los alumnos dice haber sufrido amenazas por parte de un compañero, mientras que un 8% han sido victimas
de violencia social (exclusion). Por último, algo más de un 7% de ellos señalan haber sido golpeados por sus pares y un 4,5% declaran haber sido víctimas de robo por fuerza o amenazas.
Desempeño en escolaridad y aprendizaje
En América Latina, los análisis realizados por la unesco (llece, 2001), en el primer estudio internacional comparativo a nivel regional, mostraron mejores desempeños en los estudiantes que reportaron escasas situaciones de violencia en la escuela (peleas y otros) y en aquellos centros donde se establecen relaciones de amistad.
los estudiantes que reportaban ser víctimas de abuso o diferentes formas de maltrato por parte de sus compañeros obtenían inferiores desempeños en matemáticas y lectura que sus pares que
no reportaban situaciones de bullying.
Más recientemente, los resultados del estudio sobre violencia en las escuelas desarrollado en 2002 en 13 estados capitales del Brasil (Abramovay y Rua, 2005) mostraban que un 45% de los estudiantes de primaria y secundaria señalaron que los hechos de violencia les impiden concentrarse en sus estudios. Un tercio de ellos expresa sentirse nervioso y cansado, mientras
que otro tercio reconoce que estos actos afectan a la motivacion por ir a la escuela (entre un 27% y el 34%, dependiendo del estado).
Conclusión
La formación en escuelas y sistemas donde la violencia y el maltrato pasan a ser la norma no podrá fortalecer la tolerancia, la cooperación, la solidaridad u otros principios y valores que constituyen pilares fundamentales para sociedades más justas, democráticas e inclusivas.
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El estudio aparece apoyado por una extensa bibliografía, y verdaderamente constituye una fortísima denuncia de la situación, un análisis enjundioso de la misma, y por tanto una palabra autorizada de alerta sobre esta peligrosísima tendencia que la sociedad -una vez más inerme- está aceptando, en lugar de hacer lo imposible por erradicarla.
Los niños y jóvenes tienen el inalienable derecho a estudiar en paz, en un ambiente de amistad y cooperación, y no de agresión (del tipo que sea), bajo estrés, nervios, intimidación y temor.
enigma
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