Friday, November 19, 2010

Una mujer y dos amores...

Hace pocos días conversaba con una amiga puertorriqueña acerca de la temática de las parejas, los matrimonios, el amor, etc.

Y de pronto, ella me dijo: “¿sabes? hay mujeres que tienen dos amores…yo conozco casos de mujeres que aman a dos hombres….eso se da”.

No me sorprendió ni quedé perplejo por su afirmación. Décadas atrás me hubiera pasado eso. Ya no.

Habida cuenta del metrosexo, y de la evolución de las relaciones en este Siglo XXI, lo tomé como algo perfectamente posible.

Por supuesto, son casos aislados, no representan a la generalidad, pero se dan, ocurren y seguramente en mayor proporción de la que algunos pueden imaginar.

Esa frase y esa situación quedó repicando en mi cabeza, cuando entonces me acordé de “Doña Flor y sus Dos Maridos”.

“Doña Flor y sus dos maridos” es la obra Literaria escrita por Jorge Amado en 1966 que relata la vida de una bella y candorosa mujer que posee la particularidad de compartir su vida con dos hombres. La obra, muestra un retrato realista de la sociedad y personajes de la época, la lujuria, los prejuicios y las creencias que envuelven sus vidas.” Como dice la revista “Actualidad” de Colombia.

“Doña Flor y sus Dos Maridos” fue la base de una película brasileña de 1976.

Es una comedia jocosa, llena de picardía y humor sexual, donde la señora Floripides Guimaraes, Doña Flor, interpretada nada menos que por Sonia Braga, encuentra la felicidad en la apasionada intimidad que vive con su marido, Valdomiro Santos Guimaraes, más conocido como Vadinho, (interpretado por José Wilker), un zafado, apostador, mujeriego, pero que la satisface a pleno.

Vadinho muere, y Doña Flor se casa con el Dr. Teodoro Madureira, (interpretado por Mauro Mendonca) el farmacéutico del pueblo, un hombre serio, adusto, ordenado, que fija días y horas para tener sexo con su esposa, y lo hace hasta con el pijama puesto.

El fantasma corpóreo de Vadinho, volverá para hacer las delicias de Doña Flor, que tendrá a sus dos maridos legítimos.

Quienes vimos la película, --ambientada en un pueblito de Bahía, en los años 20— no la olvidaremos nunca, porque además, para su época, fue la representación de un cine brasileño audaz.

Volviendo al tema del principio, sin duda hay mujeres que –por diversas razones— puede que tengan dos amores.

Sin embargo, personalmente, yo no puedo compatibilizar semejante criterio. Dicho en otras palabas si yo amo a una persona, realmente la amo, no cabe otra en mi corazón. Soy todo e íntegramente para esa persona.

Y si hay cabida para dos, entonces puede que por una tenga un leve cariño, o quede algo por lo cual siga de pronto conviviendo con esa persona, pero mi corazón está con quien amo. No puedo tener verdaderamente dos amores a la vez.


Se me ocurre que tal vez esas mujeres que dicen tener dos amores, compendian entre los dos lo que querrían tener y no obtienen en un solo ser humano que combinase adecuadamente las características de ambos. Pero tal vez, es pedir un imposible.

Así es el mundo en que vivimos, complejo, no simple.

Es un mundo donde hay heterosexuales, homosexuales, bisexuales y transexuales.

Un mundo en que la castidad es casi un mito y donde la mujer se despreocupa por su virginidad.

Donde el matrimonio a prueba o la convivencia de la pareja antes de casarse se da por aceptada –el caso más actual y notorio, el del Príncipe William de Inglaterra y su prometida Kate Middleton.


Es el mundo de la comunicación cibernética, del teléfono celular y el texting.

Nuestro mundo, nuestra sociedad, nuestro presente.



enigma

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