Thursday, March 19, 2015

ASUMIR EL PASO DEL TIEMPO



Confieso que el tema del tiempo me fascina y a la vez me resulta en cierta medida ininteligible.


Me refiero a la dimensión tiempo considerada del punto de vista de la Física, donde se nos dice que hay un permanente presente. Que la división entre pasado, presente y futuro, es artificial, y si bien de un punto de vista práctico nos manejamos con ella, desde nuestra tercera dimensión, sin embargo, esa visión es equivocada…


Después de todo, piensen que simplemente el disponer de poderosos telescopios nos permit tener con nosotros un presente de miles o millones de años, que sin embargo podemos visualizar, analizar y entender.  ¿Y el futuro?... ¿Qué clase de instrumento tendríamos que tener para poder captar de igual forma no lo que fue sino lo que va a ser?


Estoy persuadido de que ese futuro es, ese futuro está.  Una demostración palmaria de ello es cuando nos encontramos con el fenómeno de precognición, donde personas dotadas, o bien ocurriendo espontáneamente  como todo fenómeno legítimamente paranormal, alguien puede con adelanto de días, ver algo que va a ocurrir y describirlo tal como luego sucede.


Y sí, uno suspira pensando ¡quién pudiera ver claramente el futuro!, ¿qué nos va a acontecer, cómo va a ser?, ¿qué va a ser de nosotros?.  Pero, me da la impresión que si nosotros supiésemos anticipadamente el futuro, intentaríamos tal vez cambiarlo, y eso tendría consecuencias en cadena que tal vez no terminasen siendo nada positivas. Por eso, quizás debamos conformarnos con aguardar el futuro con esperanza, y por supuesto, en lo que de nosotros dependa, trazar planes, elaborar proyectos y tener sueños que tal vez lleguen a ser realizables.


Porque también en Física se afirma que nosotros moldeamos la realidad, que lo que llamamos realidad es en esencia una construcción de nuestra mente. 

No me quiero meter en esos vericuetos de los que me considero ignorante, pero lo que extraigo de ello es que somos constructores de nuestra vida, de nuestro presente y de nuestro futuro. Y como consecuencia de ello, es bueno que tomemos conciencia que seremos en muy  buena medida lo que busquemos ser, y viviremos lo que procuremos vivir. 


También construir ese futuro, estructurarlo, implica algo muy  especial a tener en cuenta: responsabilidad.


¿Qué hacemos de nosotros mismos hoy?, ¿cuáles son nuestras aspiraciones para el futuro a corto y mediano plazo?, ¿hacia dónde queremos llegar con nuestra existencia?, ¿qué hemos llegado a ser y cuánto anhelamos que aún nos falta?


Aquí me parece que interviene un  planteo y un criterio muy importante: la búsqueda genuina y legítima de nuestra felicidad, de nuestra plenitud. 

¿Estamos siendo verdaderamente felices o nos engañamos a nosotros mismos? ¿Hay algo que quisiéramos ser, tener y vivir, que no es una realidad en nuestra existencia hoy? Si así es, es propio que nos preguntemos ¿por qué? y ¿qué tenemos que hacer  para modificar esa situación?  Por supuesto que esto implica poner en juego la voluntad. Una voluntad activa, una voluntad por la positiva, una voluntad por modificar, cambiar, llegar a lo que realmente queremos.


Sin esa voluntad, es imposible modificar nada, alcanzar nada, sino que nuestra existencia será un quedarnos en nuestra “zona de confort”, en lo conocido de siempre, en la rutina, y dejar que la vida nos lleve como un corcho flotando en el agua.


Hoy me encontré con una señora joven (42 años) con la que tuve un lindo diálogo. Y entonces me dice de pronto: “¡pero ya me encontré canas!”, a lo que le respondí: “no te preocupes por el cabello, cuenta lo que tienes de ahí para abajo”. 


Realmente me sorprendió cuando me dijo su edad. Su rostro lozano, sin arrugas, su figura toda, más bien menuda pero bien proporcionada, le hacen muy grácil y agradable. 


Las canas son un índice del proceso natural de la vida en nosotros. La presencia de la madurez. 

Y madurez, significa pensar mucho más cada cosa que intentemos o hagamos, meditar más profundamente en aspectos filosóficos de la vida, poner en práctica la experiencia acumulada, razonar con más efectividad y precisión, cometer menos errores, y tener de la existencia una visión más pragmática. Vivir cada día con intensidad. Vivir el hoy porque el mañana puede o no ser. 


Madurez significa sabernos conducir con inteligencia y mejor en una serie de situaciones y contingencias que en lugar de superarnos, las manejamos con calidad y solvencia. 


Madurez significa también sentirnos seguros de lo que hacemos y de que sabemos cómo hacerlo.


Pero a la vez, implica usar todas nuestras facultades, nuestros músculos, nuestro cuerpo, nuestra mente, elásticamente, para gozar de la vida cuanto podamos en todos los aspectos y niveles, incluidos por supuesto primordialmente el amor, la pasión, la sexualidad, los viajes, el conocer nuevas gentes y lugares, el explorar cuestiones ignotas.


La madurez es un vehículo hermoso para una aventura de alta categoría. 

Debemos pues asumir el paso del tiempo con naturalidad, espontaneidad,
y sobre todo, con gusto.




enigma
Textos protegidos por derechos de autor

No comments:

Post a Comment