Saturday, March 28, 2015

HAZ FELIZ A ALGUIEN Y ENCONTRARÁS TU PROPIA FELICIDAD



La FELICIDAD a veces se exterioriza y otras veces no. 

No se decreta por un Día Internacional, como lo fue hace poco.

Porque quien está de duelo, o quien está enfermo, posiblemente no sienta felicidad en su particular situación. 

Pero hay una felicidad no ruidosa, que no necesita de sonrisas ni carcajadas. La felicidad de ser honrado y digno, la felicidad de ser honesto y sincero. La felicidad de no tener deudas. La felicidad de contar con amigos y con la familia. 

Esas felicidades silenciosas pero reales, hacen a la felicidad total.

Hay ciertamente países, entornos, ambientes que propenden en más o en menos a la felicidad de la gente.

Cuando el relacionamiento es osco, si no violento, cuando parece haber un resentimiento permanente en una sociedad cuyos signos de calamidad pueden resultar evidentes, cuando para muchos todo lo que se quiere y gusta parece derrumbarse, es difícil sentirse feliz por eso. No satisface para nada.

O cuando lo que se derrumba, lo que va mal, lo que no es como uno lo soñó es el hogar, o las relaciones sentimentales, también se carecen de elementos sustanciales y objetivos para ser feliz.

Hace unos días, veía la foto de una persona en una red social, y debajo de su foto un título: “Feliz”.  Me quedé mirando la foto, y me dije: ¡ojalá sea cierto, ojalá lo sea realmente! En el rostro no había una sonrisa de dicha, sino una expresión agradable pero austera. 

Luego me hacía otras preguntas: ¿será realmente feliz en todo, o lo será en parte?, ¿habrá logrado la armonía propia y con su entorno para sentirse así, o se esfuerza por ser feliz en medio de un ámbito que no le es del todo propicio cuanto desearía que lo fuese?

Uno por esa vía puede seguir conjeturando ad infinitum.

Sólo la persona que escribió bajo su foto, “Feliz”, puede responderse a esas preguntas.

Pero la proclamación de ser feliz es importante sin duda. Habla de que ha logrado un sentimiento de seguridad propia, de estabilidad emocional, de confianza de sí misma y de los que le rodean. 

Quiero pensar que sea así. Imagino. 

Como sea, aunque la felicidad total sea una meta inalcanzable, porque hay muchas personas que se esfuerzn por arruinarla, sin embargo, si tenemos esa felicidad personal, auténtica y silenciosa a la que me refiero más arriba, ya es bastante.

Mi sincero deseo es que esa felicidad les acompañe a cada uno de ustedes.

Y algo más: en dar felicidad a otros, encontramos nuestra propia y mayor felicidad. 

Hay personas a las que parece les cuesta entender esto. 

Tenemos que ser dadores de felicidad, porque ello se refleja y acrecienta en nosotros mismos.

Voy a un ejemplo de una situación que todos hemos vivido: le hacemos un regalo a un niño o a una niña, y vemos su alegría, su sonrisa, el abrazo y el beso que nos da en agradecimiento. ¿Acaso en ese momento no sentimos una felicidad inmensa?

Pues bien, esa misma felicidad  --de la mejor manera que hallemos—  debemos proporcionárnosla y compartirla entre nosotros adultos. Porque nos hace bien a todos. 

La felicidad es parte muy importante de la salud.

enigma
Textos protegidos por derechos de autor


No comments:

Post a Comment