Saturday, July 2, 2011

AMAR ES. . .

¿Cómo no escribir sobre el amor, si es lo más hermoso que podemos sentir en nuestra existencia?

¿Cómo no escribir sobre esa tremenda, imponente, imparable fuerza que nos lleva a hacer de otro ser humano, nuestra razón de vivir, nuestro anhelo, nuestro sueño, nuestro diario contacto, nuestro interlocutor válido, aquella persona con quien disfrutamos cada segundo que compartimos?

Aquella persona por la cual suspiramos, por la cual nos dolemos cuando se duele, y nos alegramos cuando se alegra, que intuímos, con la que hasta telepáticamente nos comunicamos, aquella persona que sentimos tan dentro nuestro que pasa a formar parte integral de nuestro mismo ser.

Alguien en quien confiamos plenamente, a quien le reconocemos su calidad humana, sus valores, su capacidad, su talento, su honestidad, y por sobre todo, su sensibilidad, su misma capacidad de amarnos.

Porque amar es estar en la otra persona, sentir a la otra persona, saberla, comprenderla, entenderla, y también apoyarla, ayudarla, sostenerla.

Amar es compartir juntos la vida, las cosas cotidianas, las compras en el supermercado, la decisión de una casa o apartamento, de un auto, de los muebles, de pintar el hogar, de planear y realizar vacaciones, de elegir dónde ir, la ropa que vamos a usar, lo que cada quien gana, la administración del dinero de la familia, el cuidado de los chicos y todo lo que ellos necesitan mientras crecen.

Amar es ayudarse en las tareas de la casa, y en las profesionales.

Amar es cuidar de la otra persona cuando enferma, y cuidarla hasta las últimas consecuencias, si el caso es grave.

Amar es sentirse orgulloso de la otra persona, de que esa persona nos haya elegido y nos esté amando.

Amar es también saber comprender, saber perdonar, saber corregir, destacar los valores de la otra persona, decirle por qué nos gusta, reconocer sus cualidades.

Amar es ser solidario con la otra persona. Tenerla presente de la mañana a la noche.

Estar pendiende de ella, acariciarle, mimarle, decirle palabras dulces, ser romántico para caminar en una playa solitaria a la orilla del mar, iluminados por la luna; o compartiendo una cena con una suave música de fondo, iluminados por dos velas en la mesa. O escuchando juntos música, o viendo juntos una película, o intercambiándo reflexiones sobre algún tema de actualidad, o algún libro, o simplemente abrazados uno con el otro, descansando.

Y amar, por supuesto, es vivir intensamente la intimidad, donde dos se hacen uno, como celebración y festejo de todo lo anterior.

Y ese amor, no conoce barreras: ni formales, ni legales, ni raciales ,ni culturales, ni etarias, ni geográficas; no conoce socioconvencionalismos ni tradiciones arcaicas. Sólo conoce y sabe algo: lo que el corazón dicta, sabe "por quién doblan las campanas", sabe de sí mismo como sentimiento real, auténtico, tangible, abarcante.

Y eso es todo. Eso es todo lo que cuenta e importa.



enigma

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