Hace ya bastante tiempo que no escribo una poesía. Bueno, alguien dirá que no lo es, o que es una poesía desmañada. No me importa. No me ato a ninguna métrica, pero gusto de decir poéticamente, tal vez porque es la mejor manera de dejar fluir mis sentimientos.
Tal vez, porque tiene una gracia especial, que la prosa destruye, y una fuerza única, difícil de lograr de otra manera.
Hoy de mañana, temprano, apenas las 7:58, me sentí inspirado para escribir esto que sigue. Tal vez, marco así, la mitad de un año transcurrido, y en cierta medida, inquieto, me pregunto, ¿cómo será la segunda mitad?
He titulado a este poema: Acaso
No sé de ti…
Mi BlackBerry está
Casi muerto
No le hallo sentido
En tenerlo
Acaso
¿No se te hace oprobioso
Este silencio?
Acaso, por ventura
¿no has sentido este
especial vacío?
Acaso
La desolación
de tu e-mail ¿no te apela?
¿O es que ya
Te has vaciado
Es que ya no
Hay en ti contenido
Es que no te queda nada
De todo lo vivido?
Acaso
¿te han hecho
Un transplante?
Acaso
¿te han puesto
Un corazón de otra?
¿Que no tienes
Recuerdos ni memoria?
Acaso
¿se ha vaciado tu mente?
Acaso
¿te obligaron a vaciarla?
Este silencio
Emite un ruido insoportable
Que sólo puede quebrar
Una palabra amable
Un decir, “¡aquí estoy!
Te recuerdo, te extraño
Tal vez así sea mejor
Pero sabe sí que siempre
Te llevaré en mi recuerdo
Y en mi corazón.”
¡Ah! Los versos
De Benedetti
¡Ah! La sensibilidad
De Sabines…
A veces me pregunto
¿dónde han quedado?
Conmigo están siempre
En tus libros, dedicados
Como Cortázar,
Como Vallarta…
Como México,
Como tú…
enigma
Texto protegido por derechos de autor
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