Monday, January 5, 2015

LA EXPECTATIVA DE LO INCÓGNITO

Los tres sabios de Oriente, que fueron con sus presentes al encuentro del niño Jesús, eran astrólogos, --digo bien, astrólogos, no astrónomos-- aunque para serlo debían practicar necesariamente la observación de los astros.

Y de ello dedujeron el acontecimiento histórico sin precedentes, de ese particular nacimiento, y hasta allí fueron.

En realidad se trataba de tres reyes-sacerdotes persas, seguidores de Zoroastro.  De allí viene la palabra magus, que fue llevada al griego como "μάγοι" y de allí derivada a nuestro idioma como "magos", pero no en el sentido de prestidigitadores o cosa semejante. Sino de hombres sabios estudiosos de los astros.

Fue inesperado para María y José, que llegasen estos tres hombres con sus obsequios.

2015 años después, los niños de América Latina (y los mayores también) aguardan con expectativa lo incógnito. Esperan que para ellos también lleguen estos Reyes, pero no saben si tendrán presentes, y cuáles serán.

Y nadie ha escapado o escapa actualmente a esta hermosa tradición, y a esta deliciosa expectativa. 

Desde los niños que se acuestan y casi no pueden dormir, levantándose bien temprano el 6 de enero para ver qué les han dejado los Reyes, hasta los mayores, expertos en estratagemas para ocultarse mutuamente sus andanzas, y darse las sorpresas que han tenido el gusto de escoger.

Cada seis de Enero se repite esta "magia", esta tierna situación que nos devuelve algo precioso de nuestra infancia. Entonces, la hermosa inocencia. Luego, el gusto por la sorpresa. Y finalmente todos juntos, el compartir qué es lo que cada quien ha recibido.

Tal vez, esta historia de los Reyes Magos, nos indica un par de cosas esenciales: 

a) la versión original se transmite por los siglos y está arraigada de tal manera que ya hasta oficialmente se organizan actividades en torno a ella. 

b) como humanos, nos provoca gran satisfacción no el mero hecho del regalo que hemos recibido, sino su aparición repentina, esperada, pero con una gran dosis de expectativa, y por otro lado con otra dosis de incertidumbre respecto de qué nos habrán dejado. De alguna forma, la fecha nos pone en situación de esperar algo que no sabemos cómo se concretará. Tiene algo de milagro...

En lo profundo del corazón de cada ser humano, anida el anhelo de que ocurra un milagro, de que algo inusual, diferente, cuya manifestación concreta desconocemos, nos suceda. Algo fuera de nuestro control. Algo sobrehumano. Algo divino.

¡Felices todos los que este 6 de Enero reciban de los Reyes Magos su regalo, especialmente los niños, nuestros mayores!
enigma
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