Tuesday, January 6, 2015

PASTEUR Y LA PIEDAD



 "La Piedad" de Miguel Ángel
Louis Pasteur (1822-1895) fue un químico y físico francés conocido como el “padre de la microbiología” por sus importantes descubrimientos en diversos campos de las ciencias naturales, sobre todo en microbiología y en química.

A su inteligencia se debe el proceso de pasteurización de la leche, así como de otros alimentos, que se expandió universalmente.  La primera pasteurización fue realizada el 20 de abril de 1864 por el propio Pasteur y su colega Claude Bernard. 
Se trata de un proceso térmico aplicado a líquidos a fin de eliminar gérmenes patógenos, bacterias, protozoarios, etc.

Y bien, este genio de la humanidad, ganador de cuatro medallas, era un hombre de fé.

No consideraba a la ciencia como un antagonista de la fé, sino todo lo contrario.

Pasteur dijo: "Un poco de ciencia aleja de Dios, pero mucha ciencia devuelve a Él."

Tal vez muchos con poca ciencia, se han alejado y hasta vuelto opuestos a considerar el concepto de Dios, o --como a mi me gusta llamarle, siguiendo al teólogo Paul Tillich-- el Ser en Sí. Pero cuando se profundiza en ciencia, cuando se amplían los horizontes, entonces se le vuelve a encontrar.

Seguramente, por estar imbuido de esa fé, el mismo Pasteur escribió:  "Aunque tengas toda la ciencia, si no tienes piedad, no tendrás nada."

Pienso que al escribir esa frase, Pasteur recordó las palabras del Apóstol Pablo, cuando en su 1a. Carta a los Corintios, escribió: "Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy".

La piedad, es esencialmente un acto de amor, es el amor puesto en acción. El diccionario la define como: "Sentimiento de pena o dolor que se tiene hacia quienes sufren. Compasión, misericordia".

Mis amigos/as: al comenzar un nuevo período de vida, tengamos muy en cuenta estas palabras. 

Podemos ser famosos, podemos tener mucho dinero, podemos tener una familia maravillosa, podemos tener legiones de amigos, de seguidores en Facebook o en Twitter, pero...si nuestro corazón no es capaz de latir y sentir el dolor, la angustia de quienes están solos, incomunicados, enfermos, de quienes son pobres y carecen de todo lo que a otros nos sobra, no somos nada. No valemos nada. Como seres humanos, nos hemos despojado de ese carácter. Somos alimañas egoístas, poblando un mundo que no merecemos. 

Me parece maravilloso que podamos comenzar el Nuevo Año, siendo portadores de piedad, de ese sentimiento de solidaridad, de compasión, de misericordia, para quienes están abrumados de necesidades básicas, para quienes sufren.

Tratemos de ser un bálsamo para ellos. Y tengamos presente que cuanto damos, lo recibiremos multiplicado. Y no me refiero a dar bienes materiales, sino a darnos nosotros mismos, nuestro talento, nuestro tiempo.

Un vaso de agua, una comida, ropa, una palabra, una caricia, un gesto, pueden ser los portadores del amor humano más rico.

Soy amigo de la ciencia, y afirmo siempre el método científico como la vía adecuada para conocer, pero por nada quiero perder el amor, ese amor dadivoso, ese amor que tiene en cuenta al prójimo necesitado. Ese amor compasivo, que se hace realidad en la piedad.

¡Que esa también pueda ser la experiencia y vivencia de ustedes en el Nuevo Año!


enigma
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