Wednesday, February 4, 2015

EL PLACER DE PINTAR

Hay dones, talentos o destrezas que son innatas. Que se traen con uno. 

Tal vez si se hiciese un estudio genealógico, se pudiese descubrir que algo nos viene de pronto de un familiar lejano en el tiempo.

Pienso que otras cosas se adquieren en función de la educación que se nos ha dado --la formal, pero más imporante, la del hogar. Y lo que nos ha rodeado o impulsado entonces, particularmente en nuestra etapa de niñez.

Así con mi deleite por escribir. Considero que mi padre era un intelectual, a pesar de que nunca escribió un libro, pero sí, muchos artículos publicados en revistas y boletines. Escribió discursos políticos, ámbito en el que fue muy activo toda su vida. Por tanto, estar acompañado de libros, valorar al libro como un gran amigo, leer mucho, concentrarse en los estudios, salvar exámenes, y luego, concursos para obtener cargos, todo eso ha conformado buena parte de mi vida.

De chico me gustaba copiar figuras, y dibujar. Nunca he sido un gran dibujante, uno de esos que mira un motivo y con pocos trazos lo capta, y luego lo perfecciona. Tengo un amigo que tiene ese talento, y lo admiro.

Pero siempre me gustó dibujar. En mi época escolar, tenía varios trabajos hechos a tinta china de diversos colores, manejando plumas de distinto ancho y tamaño. 

Pasaron mucho años, y hace 22, aquí en Estados Unidos, sentí el impulso de pintar. 

Jamás hice un curso de pintura, ni he tenido un mentor para guiarme. Ha sido una pintura a pura intuición, desde elegir los colores, pasando por su mezcla, hasta el tipo de pincel a utilizar. Y elegí primero paisajes, y un par de pinturas al estilo Van Gogh --uno de mis predilectos.

Se produjo un largo paréntesis que se extendió hasta 2013, cuando --en base a una promesa hecha a una persona-- volví a la pintura, pero esta vez, al retrato. Pintar rostros de personas es una de las cosas consideradas más difíciles, y sin embargo,estoy satisfecho con lo que he logrado.

Después de cumplir mi promesa con esa persona, comencé a pintar a mi familia. Hice un retrato de mi hijo, mi hermano, mi nieto, mi madre, y finalmente me hice a mí mismo. El material que uso es acrílico.

Luego hice una pintura del pianista, compositor e intérprete mexicano Ernesto Cortázar, cuya música me gusta tanto, y tantas veces he usado en este blog.

Y pinté 3 cuadros reproduciendo acontecimientos referidos a otros temas.

Otro paréntesis hasta que en 2014, retrato a una amiga, y ahora en 2015, nuevamente a mi nieto, pero mucho mejor logrado porque partí de otra fotografía.

Lo que puedo decir es que la pintura lleva tiempo y concentración para lograrla adecuadamente, especialmente los retratos. Y por otro lado, es un ejercicio que provee una gran paz espiritual.

Ahora estoy en la incertidumbre. No sé si seguir haciendo retratos, o dedicarme a la naturaleza, paisajes, flores, etc. o a motivos abstractos. Si quiero, puedo intentar de todo y ver qué tal me queda.

Descubro en mí un sentido estético, el mismo que me lleva a gustar mucho de la fotografía y a habar logrado algunas, dignas de exhibición.

Ahora, les dejo el retrato de Erenesto Cortázar, tomado de una pequeña foto en blanco y negro, y una de sus músicas.

 
enigma
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