Thursday, February 19, 2015

HACER LA VIDA LO MÁS HERMOSA POSIBLE

Amigas y amigos lectores. La vida es como una montaña rusa, tiene subidas y bajadas.
Momentos tremendamente felices, y momentos hondamente amargos.

Y --como aprendimos en Física a trazar la 
resultante de dos fuerzas divergentes entre sí-- tenemos que aprender en la vida, a extraer la resultante que surge entre la dicha y el dolor.

Yo jamás he querido causar dolor a nadie. Y sé que aún inconscientemente he podido hacerlo. Pero jamás con deliberado propósito e intención.

Si hay algo que me disgusta sobremanera, es saber o pensar que alguien está sufriendo por mi culpa, por algo que he hecho, o no, que le provoca ese estado de ánimo.

Claro está --y lo digo no por exculparme-- que muchas veces el dolor que otras personas puedan sentir, está más referido a una interpretación errónea de mis palabras, actitudes, o posiciones, que de una apreciación fiel de mi proceder.

Y también ocurre, que de pronto alguien se ha hecho un "castillo de naipes", forjándose ilusiones que luego no cuentan con el asidero fáctico como para sustentarse, y entonces deviene la tristeza, o las lágrimas.

Otra cosa --y de esto puedo hablar con propiedad-- es cuando alguien deliberadamente, pensándolo de antemano, y proponiéndoselo con toda intención, de alguna manera procura herir, lastimar, actuar con desprecio, y hasta insultar. Son palabras que jamás deberían proferirse, o un silencio ominoso, que se cierne sobre uno como una noche oscura,  que ahoga la vida.

Eso sí realmente duele y mucho, y en lo personal me rebelo contra eso.

Pero mi rebeldía no me conduce a responder de la misma forma, a odiar o a sentir rencor. Porque un proceder así, me haría daño a mi mismo. Por el contrario, respondo con bonhomía, con paciencia, con búsqueda de entendimiento, con planteos positivos, procurando rescatar lo que de bueno pueda tener el corazón de alguien, para que esa bondad se amplíe, y se concrete en dichos y hechos enaltecedores.

Porque es necesario buscar el entendimiento, y sentir paz en el corazón. 

Porque la amargura, el rencor, la torva faz y el pensamiento retorcido y sucio, son factores que atentan contra la salud misma de una persona.

De modo que lejos de eso, lo que hay que hacer es edificar el bien, la bondad, el afecto, el cariño, el amor. 

Así soy y así procedo. Porque en la dicha o el dolor, la vida continúa, y nosotros con ella. Tenemos pues la elemental obligación de hacerla lo más hermosa posible.

enigma
 textos protegidos por derechos de autor
 

No comments:

Post a Comment