Thursday, January 20, 2011

AH! EL AMOR ( I )

No me cansaré de decir que el amor es el sentimiento más excelso que el ser humano puede desarrollar. Es exactamente el punto culminante y que nos distingue como tales, de toda otra especie.

El amor es la chispa divina que anida en nosotros, porque como lo definiera el apóstol Juan: “Dios es amor”.

Por eso también digo que soy un enamorado del amor. Porque amo el amor y no el odio, la paz y no la guerra, lo constructivo y no lo que destruye. Y porque el amor implica a otra persona, porque el amor se vive en pareja.

El amor es ese sentimiento integral, fuerte, intenso, que abarca todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, y que nos lleva hacia la persona amada, objeto de ese amor.

Y cuando es tal, cuando es auténtico, cuando es sincero y no fingido, cuando es genuino y no se confunde con la mera pasión, el amor hace que la persona amada esté de alguna manera incorporada a nuestro ser. Que esté presente en nuestro diario vivir de la mañana a la noche.

Hace que la extrañemos si estamos lejos, si llevamos tiempo sin estar con ella, y ansiemos el encuentro, como el sediento en el desierto ansía un oasis.

La persona amada se transforma en la razón misma de nuestro vivir, y no podemos concebirnos sin ella.

Como bien escribiera alguien en un hermoso poema:

No me imagino sin ti...
te quiero tanto, tanto...
que ya no imagino la vida sin ti!...
te has vuelto indispensable para mi,
como el agua, como este aire que respiro...
como el sol que me calienta...
como la luna que me arrulla...
como los arboles, como la vida misma!...
eres mi alimento, mi cobijo, mi consuelo...


Sí, cuando verdaderamente se ama, la persona amada resulta imprescindible, y la unión de ambos enamorados se hace indestructible.

No hay vendaval, no hay aguas, no hay fuerza, no hay poder, que pueda vencerla. No hay circunstancia social, cultural, familiar, o la que fuera, que sea una barrera, un impedimento, o una dificultad que lo transforme en imposible.

Porque por amor se da todo, por amor se cree todo y se apuesta a todo, y especialmente a querer estar con el ser amado, ¡estar para siempre!.

Eso es amar, y así es el amor.

En fin amigas, amigos. Sólo las y los enamorados, auténticamente tales, pueden entenderme.

Al menos, yo amo de esa manera. Y no concibo ninguna otra.

El amor es constante, es perseverante, pero por sobre todo, es hermoso, proporciona tal sentido de seguridad, de protección, de pertenencia, y concede una audacia tal que somos capaces de enfrentar con fé las mayores dificultades.

Simplemente…. ¡por amor!. Porque amamos.

enigma

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