Existe una palabra en inglés que tiene más de un significado, y que los malos traductores al español, simplemente hacen una facil transliteración y le llaman “resiliencia”. Eso no existe.
Lo que en cambio existe para la palabra original en inglés “resilience” es su significado correspondiente en nuestro idioma, y me he encontrado con lo siguiente:
1. (de una persona) capacidad de recuperación, resistencia
2. (de un material) elasticidad
Sin embargo, pienso personalmente que la segunda acepción, elasticidad, también es perfectamente aplicable a las personas. Y es lo contrario de inflexibilidad, rigidez,
Cuando hubo una crisis económica muy grave, los estadounidenses, adoptando diversas medidas mostraron “capacidad de recuperación”.
Cuando el presidente Obama, tratando con sus adversarios políticos, logra un acuerdo sobre reducción de impuestos, pero también sobre beneficios sociales, muestra “elasticidad”. Algo totalmente diferente a las muestras de radicalismo e inflexibilidad de individuos como Benjamin Netanyahu, y aún peor que él, de Avigdor Lieberman.
Cito estos casos públicamente conocidos, simplemente a via de ejemplos de lo qué es tener capacidad y proceder de una manera o de otra.
Con esto quiero significar que por más que estemos firmemente convencidos de que nuestras ideas, o nuestro sentir, o nuestros propósitos son válidos y legítimos, muchas veces, en aras de la armonía necesaria, en aras de un bien superior, del beneficio a vidas humanas concretas, etc. tenemos que ejercer elasticidad, flexibilidad.
En otras palabras, tenemos que estar dispuestos a conceder y aceptar situaciones, realidades y planteos que no nos gustan, pero que tienen en determinado momento, su razón de ser.
Esto me trae a la mente el viejo dicho: “El hombre propone y Dios dispone”.
Me encuentro ante una situacion concreta en que no tengo otra alernativa que la de ejercer elasticidad, flexibilidad.
Mi objetivo final no varía un apice. Mi derrotero no se modifica. Simplemente es necesario hacer una pausa, un tiempo de espera, un ejercicio de paciencia, confianza y fe.
Confianza en que existe realmente una razón, seria, atendible, específica y concreta que no puedo pasar por alto ni desconocer, y que lleva a que deba postergar ciertas metas que tenía fijadas para este año 2011.
No eran metas desmesuradas, ni apresuradas, ni injustificadas. Al contrario, están muy bien respaldadas y avaladas por hechos y por palabras que comprometen a fondo. Pero….en las relaciones humanas particularmente, no se puede ser caprichoso, no se puede pretender lo que uno quiere con toda el alma, sin tambien reparar en cómo eso va a afectar a terceros.
Y es entonces cuando la elasticidad, y la capacidad de recuperación, entran en juego.
enigma
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