Saturday, January 1, 2011

CRECIENDO EN ESTATURA INTERIOR

El ser humano --nosotros amigas y amigos-- no es sólo materia.


Si lo fuese, no se habría pesado --como se pesó-- el alma, cuando la persona fallece.


Pero además, nuestras mentes están interconectadas en un diálogo permanente del cual nosotros no tenenos siquiera idea, porque buena parte del mismo es inconsciente. Es el inconsciente colectivo al que tanto se refiró Carl Gustav Jung.


Pero es una realidad que funciona y opera, en otro plano que el de la materia.


No, no somos meramente materia, y tenemos conciencia plena de nuestro propio ser, de nuestra existencia efímera pero importante, del bien o el mal que podemos hacer, del mesaje que comunicamos o no comunicamos, de si nos trascendemos a nosotros mismos, o nos enrollamos como caracol en su caparazón y nos anulamos.


Son opciones, opciones de vida. Opciones de ser.


Ahora, somos y estamos. Después, ya no estamos, pero seguimos siendo. Porque nuestra conciencia de quiénes somos no se pierde ni se diluye como aspirina en el agua por el mero hecho de abandonar este cuerpo, que es el medio de relación y comunicación con la biósfera que nos sostiene.


El cuerpo nos permite una vinculación con el medio, un medio agresivo donde hay enorme cantidad de microbios, bacterias, productos artificiales y naturales que constantemente son agentes de deterioro. Pero el cuerpo nos defiende de ellos y es el medio que nos permite sobrevivir en tal ambiente hostil, nuestra biósfera, soportando además el aire crecientemente contaminado, los rayos ultravioletas procedentes del Sol, la gravedad, y la presión atmosférica.

De todo eso somos conscientes. Sabemos que todo eso actúa con nosotros, en nosotros y sobre nosotros.


Crecer en estatura interior es una propuesta diferente. Es un planteo válido para proponérnoslo el año que comienza.


¿Cómo crecemos en estatura interior? Haciendo crecer nuestro espíritu. ¿Y cómo crece nuestro espíritu?, por empatía. Por afinación y afiliación con otros seres, por hacer deliberadamente el bien a otros, por ayudarles a vivir mejor, por sonreir y buscar ser bondadosos.


Crecemos enormemente en estatura interior, cuando valorando todo lo que somos y cuanto somos, sin embargo, no nos atamos a lo material de nuestro cuerpo, sino que trascendiéndonos, aumentamos de tal manera nuestro caudal espiritual que quedamos imperecederamente, y felices por la eternidad, cuando abandonamos este ropaje de carne y hueso, con la seguridad de haber mejorado la calidad de vida de otros.


Cuando nos hemos dado a nosotros mismos, con esfuerzo, con dedicación, y sobre todo intencionalmente, con un propósito claro y definido, procurando la felicidad y la mejor vida de algún semejante.


Cuando hemos dejado al egoísmo como un trasto viejo y sin valor, y nos volvemos con generosidad dando nuestro tiempo, nuestros talentos, nuestra experiencia, nuestros conocimientos, nuestra fuerza física, nuestra vida misma, en aras del bien de otros.


Así se crece por dentro. Así llegamos a ser realmente grandes. Así otros nos pueden poner o mirar como ejemplos.Pero por sobre todo, así somos auténticamente felices.


Es en la felicidad de otros que encontraremos nuestra poropia felicidad. Es en la sonrisa de otros que descubriremos nuestro propio sonreir. Es en el progreso de otros, que estaremos progresando nosotros.


Eso es crecer en estatura interior. Una excelente resolución, un magnífico objetivo para el Año Nuevo.


Yo creo que sé a quiénes dar mi vida misma, en aras de su felicidad.


¿Y ustedes?



enigma

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