Thursday, January 13, 2011

MI HOMENAJE A STEVEN SPIELBERG

Steven Spielberg es judío. Y me imagino que él se sentirá muy orgulloso de serlo. Su película “Schindler List” le revela como alguien que se siente parte de una colectividad milenaria, que tiene tradiciones riquísimas, y que a su manera, vive una expresión de fe.

Pero Spielberg es un hombre del arte, particularmente de uno que abrazó desde su adolescencia, el cine. Y es un hombre de mundo, que conoce a muchísima gente, y que tiene una amplitud mental que no se la cierra el hecho de ser judío, sino todo lo contrario.

Spielberg es sin duda un genio del cine. Y ha hecho varias obras maestras si así se les puede llamar.

Atraído por el tema de los OVNIs, Spielberg escribió la novela y después llevó a la pantalla “Encuentros Cercanos del Tercer Tipo” (1977), con el asesoramiento del Dr. Joseph Allen Hynek, considerado entonces la autoridad mundial en materia de OVNIs, quien aparece inclusive en un momento de la película. A mi gusto –y como suele suceder en muchos casos—es mejor la novela que la película, pero no entraba toda en la producción cinematográfica.

Sólo un hombre de espíritu abierto, podría haber hecho esa película, que sugiere muchas cosas, y que lanza claramente casi todos los factores que integran el mito de lo extraterrestre, al cual Spielberg, --y no por mera casualidad—lo mezcla con un fortísimo tono religioso. Pero no sólo religioso judío, sino también cristiano.

No es por casualidad que con permiso especial de la Paramount Pictures, en determinado momento, en la casa del ingeniero Roy Neary (interpretado por Richard Dreyfuss), mientras éste arma la montaña del encuentro sobre una mesa, aparece en una pantalla de televisión la escena de “Los 10 Mandamientos”, donde Dios desciende y se revela en una montaña, a Moisés.

No es por casualidad que Spielberg da pie a la historia de un presunto encuentro real entre una nave y alienígenas, y representantes del gobierno estadounidense en la Base Edwards de la Fuerza Aérea, supuestamente ocurrido el 20 de Febrero de 1954.

No es por casualidad que lo que desciende del cielo es una ciudad –la ciudad celestial del Apocalipsis en el Nuevo Testamento—y que Jillian Guiler (interpretada por Melinda Dillon) en total arrobamiento se agacha reverentemente ante esa imponente presencia, en una actitud netamente religiosa.

Tampoco es por casualidad, que cuando primero se abre una compuerta del enorme aparato descendido, uno tiene la sensación de que se va a encontrar con un insecto –algo así como un arácnido-- para despuiés el personaje erguirse y ser un alienígena a todas luces de mucha edad, lo que va muy bien con la idea de que los ET son realmente como insectos que se nutren de clorofila, en tanto que los pequeñitos cabezones y de ojos saltones, son fetos humanos modificados. Por esos parámetros continúa el mito. Y Spielberg no dejó de usar todos ellos.

Y finalmente el mito se completa con el hecho de que una cantidad de gente ha desaparecido, y en realidad, fue llevada por los alienígenas y estuvieron años terrestres con ellos, pero para esa gente pasaron apenas horas, tal vez. Lo que concuerda con la idea de que los ET son viajeros del tiempo, y manejan el tiempo a su antojo.

Spielberg volverá sobre el tema en una serie de TV que él no dirigirá pero ayudará a producir, titulada “Llevado”, Taken (2002). Taken tiene que ver más bien con el mito parcialmente relacionado con Roswell, y lo que de Roswell se busca hacer creer. Se cae en Taken en la exageración de un ET que puede pasar por cualquiera de nosotros, una forma de mimetizarse de humano.

Y finalmene en su haber hay que poner “Indiana Jones y la Calavera de Cristal” (2008) donde más allá de la existencia de un número limitado de tales calaveras, Spielberg retoma el hilo del tema de los alienígenas, ahora, de la mano de Erich von Däniken, para irse hacia el pasado, un pasado de monumentos imponentes, que guardan dentro de si el secreto mismo de sus creadores, venidos de otros mundos.

Llegar pues a conjugar el mito estadounidense de los alienígenas, con hechos del pasado bíblico, donde al decir de von Däniken, lo que los humanos de entonces tomaron como Dios, era un astronauta venido de otro mundo, o tal vez de otra dimensión. Y traer todo eso a un presente de aventura, y a la realidad vivida por personas sugestionables, debido a hechos de tecnología secreta, más fenómenos naturales aún no aceptados por la ciencia, requiere una gran narrativa y una estupenda imaginación.

Spielberg tiene ambos elementos y los maneja magistralmente.

Por eso, mi homenaje a este hombre insigne de nuestro tiempo, y a este cineasta fuera de serie.



enigma

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