En Domingo, palabras de Emmanuel

Domingo, nombre procedente de "dominus", se refiere al Señor.

Por excelencia, el Domingo es el Día del Señor. Y el Señor no es otro que Emmanuel, --también llamado Jesús.

Es bueno que todo creyente, y los no creyentes también, tengan en cuenta estas palabras del Maestro de Galilea.

Las encontramos en el Evangelio según San Mateo, en el Capítulo 5, son los versículos 33-37, y forman parte del famoso Sermón del Monte.


Dice allí Jesús:

³³ »También han oído que se dijo a sus antepasados: "No faltes a tu juramento, sino cumple con tus promesas al Señor."

³⁴ Pero yo les digo: No juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios;

³⁵ ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.

³⁶ Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer que ni uno solo de tus cabellos se vuelva blanco o negro.

³⁷ Cuando ustedes digan "sí" , que sea realmente sí; y cuando digan "no" , que sea no. Cualquier cosa de más, proviene del maligno.

Que el sí, signifique sí, y el no signifique no. Seamos sinceros, seamos honestos, no andemos con medias tintas o mentiras.

Y cuando decimos algo, sepamos siempre que lo que decimos o escribimos, nos compromete.

Por eso a veces es prudente callar. Guardar en nuestro corazón las cosas que son profundas.

El mismo Jesús aconsejó a sus discípulos: "sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas." (Mat. 10:16).



La magia de vivir consiste no en no caer nunca, sino en caer, pero tener la fuerza, la voluntad y la entereza para levantarse, y volver a empezar. Especialmente cuando se tiene un corazón que late fuerte, que no es de piedra. Cuando se es capaz de superar escollos e inconvenientes, desinteligencias o desencuentros, y retomar la senda que no se debió abandonar, apostar a un futuro diferente y hacerlo posible a partir de uno mismo/a. Sí, se requiere voluntad, coraje, mucho amor, y fé. Pero si los hay, todo es posible en el plano humano.

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