Friday, June 10, 2011

LA LIBERTAD

¡La libertad!

¡Cuánto se ha escrito, proclamado, y cuántos han dado su vida por ella!

¡Cuántos hoy están sufriendo prisión y condiciones inhumanas, por buscar la libertad en sus países!

Temida por dictadores y tiranos, del signo que sean, de ultra-derecha y de ultra-izquierda, la libertad se les torna peligrosa porque presupone la libre circulación de información, el libre disenso, el libre pensar, la libertad de reunión, de desplazamiento, de asociacion.

Por ello, los regímenes que --aún bajo una supuesta apariencia formal de democracia-- persiguen y suprimen a la prensa, muestran allí su falencia.

Pero así como se quieren acallar las voces de quienes discrepan, y critican, y ponen en tela de juicio a un gobierno, así también hay formas muy sutiles y solapadas de hacer escarnio de la auténtica, genuina y verdadera libertad.

Cuando bajo el manto de democracia y de apariencia de libertad se manipula a la población, se le trabaja psicológicamente de tal forma que simpatice con ciertas causas y aborrezca otras, cuando se digita la información, cuando todos los canales informan sobre lo mismo, y hasta en el mismo orden, --siendo empresas diferentes y que supuestamente compiten entre sí-- tampoco hay verdadera libertad.

Bajo la aparienicia de libertad, hay un verdadero control de la opinión pública a la que se busca manejar de determinada manera. Y de hecho se la maneja.

Hay ciertos centros de poder, --públicamente no visibles o no identificables con semejantes funciones-- que verdaderamente deciden qué dar al público y qué no. Y cómo dar las informaciones al público, qué decir y qué ocultar.

Y eso tampoco es libertad.

Bajo esa pretendida y aparente más que real libertad, hay temas tabú, temas prohibidos. Temas que casi nadie se atreve a encarar y sobre los cuales hablar, porque pesa de inmediato un castigo y una censura total.

Ha sido bajo esa aparente libertad que en muy breve tiempo, dos periodistas estadounidenses excelentes como tales, gente que hablaba "sin pelos en la lengua", fueron repentinamente sacados de sus cargos, y perdieron su empleo.

Este castigo "ejemplar" fue una clara señal para todos los demás, de que ciertos temas no se tocan, o por lo menos no se tocan con la libertad con la cual esos periodistas lo hicieron. Porque en el acierto o en el error, tenían todo el derecho de decir públicamente lo que pensaban.

Y en un auténtico ejercicio de la libertad, eso les debería haber sido respetado. Lo que correspondía era que otros hubiesen expresado puntos de vista diferentes, y todo se zanjaba en un respetuoso diálogo público donde cada quién sacaría sus conclusiones.

Pero se optó por el mismo camino de las dictaduras: supresión de sus imágenes y sus voces, y dejarles desempleados.

A veces el pretexto es lo que se ha dado en llamar "políticamente correcto".

Y lo políticamente correcto las más de las veces es moralmente indecente e incorrecto. ¿Y por qué hay que aguantárselo? ¿Acaso porque desde las esferas de gobierno hay un verticalismo que da por sobreentendido que no se puede "hablar mal" de cierto grupo humano, o no se pueden discutir sus prácticas y costumbres?

¿Acaso un gobierno tiene derecho a ordenar cuál es la ética, la moral con la que han de manejarse los ciudadanos, supuestamente libres?

Hacen tanto escarnio de la libertad, las dictaduras que la suprimen, como los sistemas que la proclaman de la boca para afuera, en lo formal, pero la niegan en la realidad y en los hechos cotidianos.

Libertad para pensar, para decir, para aunar criterios y gente, para reunirse, para cantar, para lanzar proclamas, para criticar, para manifestar, para respetarse mutuamente, para afirmar los valores humanos, para sentir, para amar.

Esa libertad es también la que se exige de cada uno de nosotros en nuestra relacion con nuestros semejantes.

Es la libertad que tiene que reinar en el seno de la familia.

Es la libertad que debe estar presente en la relación entre amigos.

Las políticas o las actitudes de control y de mordaza, no deberían tener lugar entre las personas, a nivel del trato simple y sencillo entre ellas.

Dejar decir, dejar andar, dejar ser, es fundamental.

La libertad es al ser humano, lo que el aire. Si no respiramos, nos morimos.

Pocos lugares en la Tierra, si acaso algunos, aseguran al individuo verdadera libertad.

Entendamos, libertad no es libertinaje ni es anarquía.

El orden social, el respeto a las autoridades y a las instituciones, forman parte intrínseca del ejercicio responsable de la libertad.

El respeto de esas autoridades e instituciones hacia los ciudadanos, tambíén es parte intrínseca del ejercicio de la libertad.

Hoy sentí la necesidad de compartir esto, porque en un tema tan fundamental como este, no se puede ser ingenuo, cándido, inocentón.

No hay que dejarse engañar por las apariencias. Hay que ir a la esencia.



enigma


1 comment:

  1. La "libertad", termina donde empieza el derecho de los demás (derecho a la privacidad, etc). Porque cuando se atropella a los demas, hablamos de otro concepto: "libertinaje", y eso es otra cosa, que nada tiene que ver.
    Benito Juárez, ex presidente de México decia: "El respeto al derecho ajeno, es la paz".

    ReplyDelete