Sé de lo que hablo.
Lo sé muy bien.
Lo he hecho por dos veces a lo largo de mi existencia, y estoy por hacerlo una tercera.
Alguien podría gritarme en la cara: "¡eres un tonto, no eres feliz porque no quieres, porque tú mismo te cierras tus caminos!. Aprende a vivir sin miedo, goza de la vida que es corta, preocúpate por ti y no por los demás."
Pero no puedo...es más fuerte que yo.
Cuando tuve muchos menos años que los que ahora tengo, hipotequé la felicidad propia, en aras de la tranquilidad y la felicidad de mi hijo. Y me siento orgulloso y en paz de haberlo hecho.
Más adelante, cuando mi hijo creció, maduró, y formó su familia, podría haber elegido un camino de libertad que me abriera paso a mi mismo para reestructurar mi vida, pero entonces, pensé que no tenía derecho a provocar un dolor profundo en nuestros mayores, en quienes me dieron la vida. Y por ellos, acepté continuar en una situación de vida que me era gravosa.
El Ser en Si, puso fin a esa situación de una manera que yo no esperaba.
Hoy, en mi forzada soledad, ansío y busco --tal vez algo tardíamente pero todavía a tiempo-- rehacer mi vida, reestructurarla sobre bases diferentes, conviviendo con alguien que acepte y quiera ser mi compañera por el resto de mis días.
Creí haber hallado a esa compañera, a alguien formidable, en muchos sentidos alguien fuera de serie, una persona y una personalidad estupenda, que aún con sus defectos que los conozco bien, sin embargo, excede lo que promedialmente se puede encontrar por ahí.
No obstante....soy consciente de que esa persona tiene una situación que es compleja de momento, y finalmente yo no quiero ser un motivo de desdicha personal, no quiero ser la razón por la cual la mitad de su ser se vea enfrentada a su otra mitad, o sea, no quiero que sobrelleve un conflicto interno.
Pero además de eso, hay un par de seres tiernos y dulces que la necesitan, y que tienen derecho total a vivir en un hogar con la misma estabilidad que yo le dí a mi hijo en el mío. Y sé que eso le significa a ella su propio sacrificio.
Y por la felicidad de ellos, siento que una vez más estoy llamado a postergar mis ansias, anhelos, sueños, expectativas, desvelos, planes y proyectos de futuro. En una palabra, el legítimo derecho a mi propia felicidad.
Pero es más fuerte que yo. No puedo hacerlo al grave costo de terceros.
Entonces, otra vez, la tercera en mi existencia, estoy dispuesto a sacrificarme para que otros sean felices.
¿Cómo se llama esto? Esto se llama amor, en su acepción de amor "agape", o sea, amor que da de si mismo por los demás, amor que se sacrifica por los demás, a costa del propio dolor.
No lo hago esperando ninguna recompensa, lo hago simplemente por una cuestión de consciencia y responsabilidad.
Lo hago también, por amor a ella, y estoy seguro que lo entiende.
enigma
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